Todos sabemos que aquellas personas que hacen deporte corren el riesgo de sufrir un traumatismo a consecuencia de la actividad. Pero hay otro tipo de lesiones causadas por una razón menos conocida: el estrés.
Este tipo de traumatismos se conocen como fracturas por estrés y suelen darse en la tibia y el peroné, el talón, los metatarsos y el tobillo. Habitualmente, cuando una persona sufre una lesión, el tejido óseo suele autorepararse. El problema es que cuando el estrés sobre el hueso es habitual, el equilibrio para que esto ocurra no se produce y puede dar lugar a una fractura a consecuencia del sobresfuerzo.
Los más sensibles a este tipo de lesiones son bailarines, futbolistas, tenistas, corredores y aquellos que andan largas distancias. La cosa se complica cuando existen deficiencias en la densidad ósea, como ocurre a personas de la tercera edad, aquellos que padecen osteoporosis y las mujeres delgadas, es decir, con poca masa muscular. La razón es que si no se tiene el suficiente peso, quienes absorben el impacto de la carrera son directamente los huesos.
Según un estudio publicado recientemente en el Current Orthopaedic Practice, las mujeres con un índice de masa muscular por debajo de 19, son más proclives a sufrir fracturas por estrés.
Fuente: eurekalert.org
Rafael Mingorance