Que ser profesor es una profesión muy exigente y dura, no lo pone en duda nadie. Ahora, un estudio realizado por investigadores de la Michigan State University, ha analizado cuán «quemados»(emocional y profesionalmente se sienten los docentes. Y los resultados de su análisis arrojan dos datos muy interesantes: que esa sensación de «queme» es mayor entre los profesores jóvenes que entre los más veteranos y que, además, es contagiosa.
Los investigadores estudiaron a 171 profesores que estaban en sus primeros cuatro años de profesión, y a otros tantos de más edad. Y el resultado fue que los niveles de estrés, agotamiento y cansancio emocional en los miembros del primer grupo, casi duplicaban a los del segundo.
Para los autores del estudio, la casa parece estar clara. Los profesores jóvenes son más vulnerables a las presiones propias de su profesión y a la necesidad de estar a la altura de lo que se espera de ellos (que en ocasiones puede ser demasiado). Por el contrario, los veteranos han aprendido a encontrar un mejor equilibrio entre las necesidades de su trabajo y las de sus propias vidas.
Pero, lo más preocupante de todo es que ese agotamiento y estrés que experimentan los docentes primerizos se transmite de unos a otros. El moverse en un círculo en el que muchos de sus compañeros experimentan esas mismas sensaciones, hace que aquellos que están más estresados acaben contagiando al resto.
Vicente Fernández López