Un equipo de arqueólogos ha desenterrado en el complejo de Angkor una estatua de piedra de más de dos metros de altura, que reproduce una figura humana. El coloso, cuya antigüedad ha sido datada en el siglo XII de nuestra era, fue encontrado durante las excavaciones realizadas en los restos de un antiguo hospital.
Dicho hospital fue construido por orden del rey Jayavarman VII, que fue soberano del imperio jemer entre 1182 y 125, logrando expandir el reino por Tailandia y Laos, y llegando incluso a las actuales Malasia y Birmania.
Las crónicas afirman que este soberano realizó numerosas obras públicas, entre ellas 102 hospitales esparcidos por todo su reino. Y ha sido precisamente en uno de ellos dónde ha aparecido la estatua de coloso, cuyas piernas y brazos están rotos. Los arqueólogos creen que representa a un guardián espiritual que velaba por la salud y la seguridad de quienes se encontraban en el edificio.
Parece ser que el rey descendía de una estirpe de doctores, y existe una inscripción milenaria que afirma que el soberano sufría más por las enfermedades de su pueblo que con las propias.
Por ese motivo, Jayavarman creó un cuerpo de monjes budistas instruidos en las artes médicas que se encargaron de sanar a sus súbditos.
Vicente Fernández López