Todos detestamos tener que dar malas noticias. Y lo habitual es que demos muchos rodeos antes de abordar la cuestión fatal, ya se trate de romper con alguien, de dar un mal diagnóstico médico, o de comunicar un despido. Pero, ahora, una nueva investigación realizada por la Universidad Brigham Young, en Utah, revela que a la hora de comunicar algo desagradable lo mejor es ir directos al grano y no andarse por las ramas.
Los autores del estudio realizaron un experimento con varios voluntarios a los que se les tenía que comunicar una mala noticia. El propósito era ver que valoraban más:si la delicadeza con la que se les comunicaba la noticia, la honestidad… Y el resultado fue que lo que más apreciaban las personas es que fueran directos con ellas a la hora de transmitirles algo desagradable.
Según los autores del estudio, decirle a alguien «te voy a dejar» puede resultar demasiado brusco, pero puede bastar con una simple frase de introducción del estilo de «tenemos que hablar», para preparar a la otra persona. Y, una vez preparado el terreno, lo mejor es ir al grano y no marear la perdiz.
No sucede lo mismo cuando se trata de convencer a nuestro interlocutor de algo. En ese caso, las frases y los argumentos demasiado directos tienen el efecto de aumentar la resistencia de esa persona hacia lo que tratamos de comunicarle.
Vicente Fernández López