Se suele decir que todo lo que existe en la naturaleza australiana, o quiere comerte o matarte. Si se toma en serio tal dicho, no parece muy juicioso probar a ciegas el sabor de una hierba que se acaba de descubrir. Pero eso fue lo que hicieron un grupo de investigadores de la University of Western Australia, que estaban clasificando una serie de nuevas plantas. Y el resultado fue que las muestras no solo no les mataron ni les hicieron enfermar sino que, además, se llevaron la grata sorpresa de que una de ellas sabía…. ¡a patatas fritas con sal y vinagre! O, al menos, eso les pareció a ellos.
La planta en cuestión era unavariedad de spinifex, un tipo de matojo típico del desierto australiano, que debe su nombre al hecho de que sus hojas son puntiagudas como espinas, y que se caracteriza por su capacidad para adaptarse a los ambientes más secos y áridos. Hasta la fecha, se han descubierto 64 variedades diferentes de este vegetal.
Pero, ¿a qué se debe ese singular sabor? Los investigadores explican que procede de unas gotas que se encuentran en el interior de los finos tallos de esta planta. Dichas gotas eran en algunos casos completamente cristalinas, y en otros se asemejaban a un líquido viscoso, dependiendo de cuan seca estuviera la planta. Pero, en ambos casos, eran solubles al agua y podían extraerse fácilmente de la planta. Respecto a su composición, tras analizarla, los investigadores detectaron una mezcla de sal, azúcares y proteínas, responsables de ese peculiar e inesperado sabor.
Hay que decir también que esta planta produce un tipo de resina muy apreciado por sus aplicaciones industriales, y con el que se está experimentando actualmente para fabricar nada menos que preservativos, que tienen la peculiaridad de ser un 30% más finos de lo habitual.
Vicente Fernández López