La tradición cuenta que Buda Gautama falleció a los 80 años de edad, tras comer las viandas que un herrero le había preparado como ofrenda. Su cuerpo fue incinerado y sus restos fueron enterrados en varios estupas, un tipo de construcciones funerarias típicas del budismo. Y, ahora, parte de esos restos podrían haber sido por fin encontrados.
Un equipo de arqueólogos ha hallado en la provincia china de Jingchuan, una urna de cerámica que contiene los restos incinerados de una persona, y con una inscripción que dice: “Yunjiang y Zhiming monjes de la Escuela Lotus, que pertenecieron al templo Mañjuśrī del Monasterio Longxing en la prefectura de Jingzhou, reunieron más de 2.000 reliquias budistas, así como los dientes y huesos de Buda, y los enterraron en el templo el 22 de junio del año 1013.”
Según dicho relato, los dos monjes pasaron veinte años recorriendo el país para recopilar reliquias de Buda. En el mismo lugar, los arqueólogos han desenterrado unas 260 estatuas de Buda, con una altura media de más de seis metros, pero los investigadores creen que fueron sepultadas mucho tiempo después de la urna con los restos humanos.
Por supuesto, la autenticidad de estas reliquias humanas tiene que ser tomada con cautela, sobre todo porque es casi imposible confirmar que dichos restos pertenecieron realmente a Buda Gautama. De hecho, no es la primera vez que se produce el hallazgo de reliquias de este tipo. En julio de 2016, otro equipo de arqueólogos desenterró un cofre en un templo budista de la ciudad china de Nankin, que contenía fragmentos de cráneo que, supuestamente, habían pertenecido a Buda.
Vicente Fernández López