Si las boas, las anacondas y las pitones nos parecen serpientes de gran tamaño, ¿cómo calificaríamos entonces a una que fuera tan larga como un autobús urbano? Semejante «monstruo» existió, y ha sido bautizado con el nombre de Titanoboa cerrejonensis.
Se trataba de una serpiente prehistórica que vivió hace aproximadamente 60 millones de años. Sus restos han aparecido en el territorio de la actual Colombia, y gracias a ellos sabemos que esta serpiente podía medir más de catorce metros de largo, lo que la convierte en la más grande conocida.
Para matar a sus presas no usaba veneno. Le bastaba con enrrollarse en torno a ellas y triturarla con su cuerpo de más de 1.100 kilos. Incluso, se cree que podía devorar enteras a alguna de ellas. Ahora, el museo Monte L. Bean Life Science Museum at Brigham Young University, exhibe una réplica a tamaño natural de este fabuloso reptil de tiempos pretéritos, en la que se le muestra zampándose a un dirosáurido (una variedad de cocodrilo prehistórico) de un bocado.
Una exposición que puede provocar pesadillas a quien tenga fobia a las serpientes.
Vicente Fernández López