En el futuro, las multas de tráfico probablememente no nos las ponga ningún ser humano. Ford acaba de presentar la patente para diseñar un coche de policía autónomo, cuya función será identificar a los coches infractores, tomar una foto de su matrícula, y ordenar al vehículo que se detenga, para notificarle al conductor que acaba de ser multado.
La novedad es que el vehículo no irá tripulado, y será controlado por inteligencia artificiar. El prósito es que el código informático que dirige al vehículo tenga capacidad de aprendizaje para, gracias a la experiencia, detectar cada vez más tipos de infracciones.
Por supuesto, al ciudadano de a pie le va a dar igual que la multa se la ponga una persona o una máquina. El mal rato ya no se lo quita nadie. Pero, con un agente de carne y hueso siempre cabía la posibilidad de darle alguna excusa (cierta o no),y que tras oírla tuviese consideración con nosotros. Pero sospechamos que las máquinas serán más implacables.
Vicente Fernández López