Cuando tenemos un problema con los vecinos podemos mudarnos. pero las plantas no pueden hacerlo. Por eso, tienen que desarrollar otras estrategias para solucionar los inconvenientes. Ahora, un equipo de la Swedish University of Agricultural Sciences en Upsala, Suecia, ha descubierto, que las plantas han aprendido a «escuchar» los movimientos de sus vecinas a través del subsuelo, lo que les permite «actuar en consecuencia».
En un entorno muy poblado, cada ejemplar tiene que esforzarse para aprovechar de la mejor manera posible los recursos disponibles en el suelo. Por eso, los investigadores han comprobado que, a falta de oídos, las plantas son capaces de detectar los compuestos químicos que sus vecinas emiten a través de sus raíces. Esto les permitiría tomar medidas agresivas que favorezcan su crecimiento y que eviten quedar relegadas en la comeptición por los recursos.
Ya se sabía que los árboles y las plantas reaccionaban cuando sus hojas eran tocadas por las de un ejemplar vecino. Algunas llegaban incluso a detraer recursos de sus raíces para favorecer el crecimiento en superficie. Y, ahora, el nuevo estudio revela que las señales químicas transmitidas a través del suelo también estimulan este tipo de estrategias para lograr ser el ejemplar que más crezca y se desarrolle.
Fuente: The Guardian.
Vicente Fernández López