Su nombre se debe a que quienes han atravesado la región han sido testigos de fenómenos extraños, como flashes de luz cegadora, insonora, e interrupciones momentáneas en el funcionamiento de los ordenadores. Además, los niveles de radiación son superiores. La explicación está en que los cinturones de Van Allen, campos de partículas cargadas que rodean la Tierra, se deforman sobre el Atlántico sur y Brasil, a la mínima altitud de los anillos, y eso provoca que la zona tenga unas características peculiares.
Redacción QUO