En plena II Guerra Mundial, sobre los cielos de Inglaterra tuvieron lugar dos batallas aéreas. Una, la que libró la RAF británica contra la Luftwaffe alemana. Pero la otra es mucho menos conocida, y ahora caba de ser contada con todo detalle en un nuevo libro titulado Secret Pigeron Service.
Durante la contienda, las palomas mensajeras fueron muy útiles para transmitir mensajes desde la Europa ocupada a Gran Bretaña. Los pájaros podían esquivar sin problema a los stukas alemanes, pero había otro peligro del que les resultaba difícil escapar: los halcones. Muchas de ellas jamás llegaban a su destino y morían en las garras de estos depredadores con alas.
Llegaron incluso a correr rumores de que muchos halcones habían sido soltados por los nazis para acabar con las palomas mensajeras que cruzaban el canal de la Mancha. Por ese motivo, el MI5, el servicio secreto británico, creó una unidad dirigida por un coronel que además era campeón de tiro, con una misión muy específica: recorrer la costa del Sur de Inglaterra matando a todos los halcones posibles.
Pero las cosas poco a poco se complicaron de forma inesperada. El servicio secreto interceptó varias palomas mensajeras que en este caso eran enviadas por espías alemanes desde Inglaterra a la Francia ocupada. Por ese motivo, se ordenó que cesara la matanza de halcones, y se creó una unidad con aves rapaces británicas entrenadas para cazar las palomas del enemigo.
Aunque había un problema. Las aves no llevan uniforme, así que un halcón británico no podía saber nunca si una paloma era «amiga o enemiga». Por eso, tal y como explica el autor del libro, Gordon Corera, aunque es imposible saberlo con certeza, lo más probable es que la mayoría de las palomas cazadas por estos halcones ingleses, también fueran británicas.
Fuente: BBC.
Vicente Fernández López