Un equipo internacional dirigido por Zachary Mainen, ha descubierto un efecto previamente desconocido de la serotonina en el aprendizaje. Sus resultados se publican en Nature Communications.
La serotonina es uno de los principales químicos que las células nerviosas usan para comunicarse entre sí, y sus efectos sobre el comportamiento aún no están claros. Durante mucho tiempo, los neurocientíficos se han dedicado a construir una teoría integrada de lo que la serotonina realmente hace en el cerebro, pero hasta ahora había sido complicado determinar su función de la serotonina, especialmente para el aprendizaje.
«Nuestro estudio demuestra que la serotonina mejora la velocidad de aprendizaje – explica Mainen –. Cuando las neuronas serotoninérgicas se activaron artificialmente, usando luz, provocó que los ratones adaptaran su comportamiento más rápidamente en una situación que requería flexibilidad. Es decir, dieron más importancia a la información nueva y por lo tanto cambiaron de opinión más rápidamente cuando estas neuronas estaban activas. La serotonina ha sido implicada previamente en el aumento de la plasticidad cerebral, y este estudio agrega nueva evidencia al respecto».
El nuevo hallazgo puede ayudar a explicar mejor un enigma médico: por qué los llamados «inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina», o ISRS, una clase de antidepresivos que se cree que actúan aumentando los niveles cerebrales de serotonina circulante, son más efectivos en combinación con terapias conductuales, basadas en el aprendizaje reforzado de estrategias conductuales para evitar los síntomas depresivos.
Juan Scaliter