Investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Carnegie Mellon, liderados por Carmel Majidi, han utilizado una impresora normal para desarrollar circuitos altamente flexibles, parecidos a tatuajes, para su uso en biotecnología.
El proceso, de bajo coste, utiliza una aleación metálica eléctricamente conductora al papel de tatuaje que se adhiere a la piel humana. Estos tatuajes ultradelgados se pueden aplicar fácilmente con agua, de la misma manera que se aplican los tatuajes decorativos a los niños pequeños con un paño húmedo.
Otros productos electrónicos similares requieren complejas técnicas de fabricación, pero el desarrollado por el equipo de Majidi y descrito en Advanced Materials, se puede hacer en el hogar con una impresora convencional.
“Nuestra técnica es sencilla – explica Majidi – . Usamos una impresora de inyección de tinta para imprimir trazas de nanopartículas de plata en papel de tatuaje temporal. Luego, cubrimos las partículas con una fina capa de aleación de galio e indio que aumenta la conductividad eléctrica y permite que el circuito impreso sea más robusto mecánicamente. Los tatuajes son ultradelgados, muy elásticos y económicos de producir”.
Además del procesamiento de bajo coste, estos tatuajes ofrecen otras ventajas. Debido a que tienen propiedades mecánicas similares a las de los tejidos ligeros, mantienen su funcionalidad bajo flexión, plegado, torsión y tensiones de hasta aproximadamente un 30%. También pueden ajustarse y adherirse a superficies 3-D altamente curvadas, como un cerebro humano o un limón.
Las aplicaciones para tatuajes ultrafinos y compatibles incluyen biomonitorización epidérmica, robótica, las pantallas flexibles, control y estímulo de áreas cerebrales y productos electrónicos impresos transferibles en 3-D.
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Juan Scaliter