Investigadores en el Centro de Inmunología de Marsella, liderados por Sandrine Henri, han descubierto que, aunque un tatuaje puede ser para siempre, las células de la piel que llevan el pigmento del tatuaje no lo son. Lo que ocurre es que, cuando las células mueren, pasan el pigmento a las nuevas células. El estudio, publicado en el Journal of Experimental Medicine, sugiere formas de mejorar la capacidad de la cirugía láser para eliminar los tatuajes no deseados.

Durante muchos años, se pensó que los tatuajes funcionaban tiñendo las células de fibroblastos en la piel. Más recientemente, sin embargo, los científicos han sugerido que los macrófagos -células inmunes especializadas que residen en la dermis- se sienten atraídos por la herida infligida por la aguja del tatuaje y engullen el pigmento del tatuaje del mismo modo que normalmente engullen un patógeno invasor. En cualquier caso, se supone que la célula portadora de pigmento vive para siempre, permitiendo que el tatuaje sea más o menos permanente.

Para comprender cómo funciona exactamente esto, el equipo liderado por Henri desarrolló un ratón genéticamente (al que tatuaron en la cola) modificado que les permitió matar los macrófagos que residen en la dermis y algunos otros tejidos. Durante las siguientes semanas, estas células fueron reemplazadas por nuevos macrófagos derivados de células precursoras conocidas como monocitos.

Los investigadores descubrieron que los macrófagos dérmicos eran el único tipo de célula que absorbía pigmento cuando tatuaron a los ratones. Sin embargo, la apariencia de los tatuajes no cambió cuando mataron a los macrófagos. El equipo determinó que los macrófagos muertos liberan el pigmento en su entorno, donde, en las siguientes semanas, fue absorbido por nuevos macrófagos derivados de monocitos antes de que pueda dispersarse.
Este ciclo de captura, liberación y recaptura del pigmento se produce de manera continua en la piel tatuada, incluso cuando los macrófagos.
«La eliminación del tatuaje – explica Henri en un comunicado – puede mejorarse al combinar la cirugía láser con la ablación transitoria de los macrófagos presentes en el área del tatuaje. Como resultado, las partículas de pigmento fragmentadas generadas mediante pulsos láser no serán recapturadas inmediatamente, una condición que aumenta la probabilidad de que se drenen a través de los vasos linfáticos”.

Juan Scaliter