Define la unidad y los límites de tu cuerpo, y te engaña con su aparente quietud. La compleja maquinaria de la piel se regenera y trabaja sin cesar para regular tu temperatura, defenderte de agresiones externas, (de rayos solares a posibles patógenos), y evitar que pierdas líquidos y nutrientes esenciales. Incluso resulta útil una vez desechada: el escuáleno, un aceite de las escamas que desprendemos, puede reaccionar con el ozono y ayudar a reducir la contaminación en lugares cerrados. Por si fuera poco, recientemente se ha empezado a desentrañar el variado submundo de hongos, bacterias, y otros microorganismos que la pueblan, unos tres millones por cm2. El llamado microbioma influye en la salud y abre un nuevo campo para investigar enfermedades y sus posibles tratamientos.
Redacción QUO