Desde ayer en los círculos científicos no se habla de otra cosa: los neutrinos superlumínicos fueron observados debido a un fallo técnico. Concretamente, a un enlace defectuoso de fibra óptica entre una unidad de GPS y un ordenador. Este enlace fallido estaba causando una discrepancia de sesenta nanosegundos. Vamos, resumiendo, que no comprobaron los cables antes de hacer el anuncio ‘del siglo’ que ‘revolucionaría los pilares de la física moderna’.
Recordemos la expectación causada por el CERN hace apenas 5 meses, en la que todo el mundo miraba al gran Einstein y se preguntaba si se habría equivocado y una de las partes clave de su Teoría de la Relatividad quedaría invalidada. Afirmaban que los neutrinos superlumínicos eran más rápidos que la luz. Para bien o para mal, las partículas ‘más rápidas que la velocidad de luz’ han resultado no serlo tanto, volviendo a su velocidad habitual en cuanto arreglaron el cable con ‘tara‘. Esto ha provocado una conmoción en el mundo científico al conocer esta noticia. Un jarro de agua fría es una buena descripción de la situación. Divulgadores como el periodista Antonio Martínez Ron declaraban ayer en Twitter: «Mucha risa, pero lo de los neutrinos es un montón de mierda para el prestigio de la Física por culpa de unos irresponsables 😐«. Otros como Carlos L. de Guevara intentaban bromear sobre el tema para digerir el ‘mal trago’: «Minuto de silencio por el pobre becario que no apretó bien el cable en el CERN, provocando que se observaran neutrinos superlumínicos«. Lo cierto es que a esta última crítica, al igual que a la de Martínez Ron, no les falta razón. Que el CERN no haya sido prudente como reclamaban científicos e investigadores cuando hicieron el anuncio al mundo, demuestra que no utilizaron toda la eficacia posible a la hora de evaluar los resultados antes de lanzarlos. Es más, tampoco escucharon las dudas que plantearon otros expertos más escépticos ante la noticia, simplemente afirmaron: “Intentamos buscar todas las explicaciones posibles para esto. Tratamos de encontrar cualquier tipo de pequeño error o efectos distorsionadores, pero no encontramos nada”.
El divulgador y editor del blog Francis (th)E mule (Francis Villatoro) profundiza un poco más en la cuestión: «¡Madre mía! Los ríos de tinta que han corrido y tocando un conector los neutrinos vuelven a ser sublumínicos. ¡Qué error más tonto! El experimento que observó que los neutrinos muónicos llegaban 60 nanosegundos antes de tiempo (siendo más rápidos que la velocidad de la luz en el vacío) ha sufrido la ley de Murphy que afirma que lo que puede fallar, fallará. La mayoría de los físicos sabíamos que había un error y que tenía que ser un error sutil que solo los propios miembros de la colaboración OPERA podrían detectar.«
Vamos, que encima el error de la operación OPERA ha sido aún de mayor gravedad al tratarse, como describe Francis, de un «error sutil» completamente evitable con un poco más de paciencia y análisis antes de ‘soltar’ a cada rincón del mundo la noticia que «iba a cambiar los principios de la Física según la conocemos». La reflexión, comprobación y rigor en su proceso de análisis antes de publicar o hacer un anuncio de ese calibre por parte de una de las organizaciones científicas con más repercusión mediática es fundamental. Cuidado que tampoco se tuvo hace un par de meses en la polémica rueda de prensa sobre el Boson de Higgs y su anuncio sobre que lo ‘tenían acorralado’. Todos sabemos que precisamente lo que menos le hace falta a la Física y a la Ciencia en general, es esta clase de ‘desprestigios’ o errores completamente evitables.
Redacción QUO