No solamente. Es cierto que son nuestros “primos”, evolutivamentre hablando, y por eso su observación es muy útil para conocernos por medio de su lenguaje gestual, el equilibrio y rencillas entre los miembros del grupo, el altruismo y otros comportamientos sociales, como la transmisión de la cultura.
Pero la etología también está aprendiendo mucho, por ejemplo, de la monogamia y la homosexualidad de algunas aves, y de la importancia que conceden a los vínculos familiares para su supervivencia.
Ángel Febrero
Experto en Naturaleza
Enviada por Pino Montalvo, Valdemorillo (Madrid)
Redacción QUO