Según un estudio que se publicará próximamente en el Journal of Consumer Behaviour, las madres imitan la forma de vestir de sus hijas y no al revés como se pensaba hasta ahora.
Tras un estudio realizado en 343 hijas y madres (con una edad media de 44 y 16 años respectivamente) los investigadores se encontraron que las madres imitan, intencionalmente, el estilo de vestir de sus hijas, un efecto que los autores ya han bautizado como el «efecto Doppelgänger» un término alemán con historia, que actualmente se utiliza para designar a cualquier doble de una persona.
Se preguntó a cada una de ellas sobre cuestiones tales como la percepción de la edad, la moda, experiencia en ropa y cosméticos y también la medida en que las madres o las hijas habían influido sobre los actuales gustos. En aquellos casos en los que la madre consideraba a su hija como una experta en el buen gusto de la moda y cosméticos, la imitación por parte de las progenitoras era de un 25%. En el caso de las hijas, por otro lado, solo existía entre las voluntarias un 9% en los que se encontró que las hijas seguían las pautas de moda de sus madres.
Muy a pesar de que se sabe que los niños influyen en el comportamiento de consumo de los padres en lo que se refiere a productos familiares (alimentos o automóviles), este es el primer estudio que muestra que los hijos pueden también influir sobre la actitud de consumo o compra de bienes por sí mismos, lo que sugiere que la influencia de los descendientes sobre los progenitores es mucho más profunda de lo que se pensaba.
Ahora queda saber también como enfocará el mundo de la publicidad todo esto ¿veremos cremas antiarrugas anunciadas para un target de adolescentes de 16 años? Al tiempo.
Redacción QUO