El radar de actividad sísmica podría ayudar a prever con antelación la producción de un gran terremoto. Un artículo publicado en la revista Science ha lanzado esta posibilidad tras basarse en datos a partir del gran terremoto de Izmit (Turquía) de 1999.
Los investigadores, representados por Michel Bouchon, del CNRS en Grenoble, Francia, analizaron una serie de puntos repetitivos captados en el radar de actividad sísmica durante la hora antes de dicho terremoto, de magnitud 7,6 en la escala Richter, y creen que podrían representar las primeras etapas del evento.
Durante el terremoto de Izmit, las dos placas que limitaban la falla se movieron horizontalmente pasando una a otra alrededor de tres metros. Este repentino movimiento de placas ocurrió sobre la parte quebradiza de la corteza. El equipo de Bouchon ha identificado un patrón de actividad sísmica temprano originándose en la base de la corteza quebradiza cerca del “hipocentro”, el punto en donde comenzó la ruptura.
La señal indica que dicha parte de la falla resbaló irregularmente pero casi continuamente durante 44 minutos antes del terremoto. Los autores del artículo dicen que habría que reexaminar los registros sísmicos cercanos a la falla de otros grandes terremotos bien registrados en busca de señales similares. Por ello, recalcan la necesidad de contar con redes de monitoreo sísmico continuo para entender si otras rupturas también se comportan de la misma manera.
En cualquier caso, los científicos señalan que hacen falta más estudios y datos para saber si podría servir para adelantarse a estas catástrofes naturales de forma segura. Varios grandes terremotos han estado precedidos por temblores más pequeños, pero aún no está claro si estos temblores estaban relacionados con el evento principal. Además, varios terremotos no parecen tener temblores anteriores en absoluto.
Redacción QUO