Los científicos a los que ya conocemos por la expedición oceanográfica Malaspina, desvían su camino por una temporada hacia una nueva aventura: estudiar el impacto de la radiactividad de Fukushima en las aguas del Pacífico Central. Para ello, tendrán que tomar muestras de plancton, aire y agua con el fin de encontrar algún tipo de rastro radioactivo.
La expedición Malaspina, liderada por el director del CSIC, Carlos Duarte, en la que le acompañan más de 400 científicos internacionales, fue presentada hoy 7 de abril en Sidney.
Los expedicionarios, que desde el día 30 de marzo se encuentran en la ciudad australiana, tomarán rumbo mañana hacia Nueva Zelanda, donde en Auckland, estudiarán las propiedades y composición del océano sur para comprobar el «impacto Fukushima».
Por ahora, en los cuatro meses de expedición del Hespérides, se han recogido miles de muestras de plancton, aire y agua tanto en la superficie, como a 5000 metros de fondo marino.
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Redacción QUO