En un nuevo estudio realizado por un equipo de científicos dirigido por Rebecca Spencer, informa por primera vez de los efectos beneficiosos de las siestas y el sueño nocturnoen la memoria infantil. Los resultados se han publicado en Scientific Reports.
“Individualmente – explica Spencer –, la siesta y los períodos de sueño nocturnos no fueron suficientes para inducir cambios en la memoria. Sin embargo sí se observó un beneficio significativo de la siesta cuando era considerada junto al sueño nocturno. Esto apoya una interacción entre ambos en la consolidación de recuerdos en niños pequeños «.
Los investigadores dicen que otro punto destacado es que las siestas contribuyen al procesamiento emocional en los niños en edad preescolar,
«Una observación común de los padres y maestros de preescolar es que los niños parecen gruñones o mareados cuando se saltan la siesta – añade la líder del estudio –. Nuestros resultados son consistentes con estas observaciones: las siestas contribuyen al procesamiento emocional a esta temprana edad y junto al sueño nocturno ambas pueden interactuar para beneficiar la memoria en la primera infancia. Dada la importancia de las siestas preescolares en el aprendizaje socioemocional, se trata de un hábito que debe ser una parte importante del programa preescolar diario”.
Juan Scaliter