En octubre de 2015, un terrible tsunami asoló un remoto lugar de la costa de Alaska, en el fiordo de Taan. Las olas casi alcanzaron una altura de 200 metros, convirtiendo a este evento en uno de los más grandes registrados en este siglo. Afortunadamente, se trataba de una zona deshabitada y no hubo que lamentar víctimas mortales.
Tras producirse el tsunami, un equipo de investigadores de Canadá, Estados Unidos y Alemania, se trasladó al lugar para descubrir las causas de lo sucedido. Ahora, casi tres años después, han publicado los resultados de su estudio. Y la conclusión es que la desaparición del hielo de un glaciar provocó un deslizamiento de tierra que arrojó al mar alrededor de 180 toneladas de rocas.
Y es que, tal y como explican los investigadores, los terremotos no son la única causa de los tsunamis. Los deslizamientos de tierra también pueden provocarlos. Y aseguran que este tipo de sucesos serán cada vez mas habituales en las regiones polares, conforme se vaya derritiendo el hielo por efecto del cambio climático.
Fuente: ScienceAlert.
Vicente Fernández López