PUNTOS EN EL CIELO.

Según Jègues-Wolkiewiez, la sala principal de Lascaux es un planetario, donde el unicornio (1) corresponde a la constelación de Capricornio; uno de los grandes auroch, o toros (2), es Escorpio; otro auroch (3) representa a Leo, y otro toro (4), a Tauro, en­tre otras. Se ba­sa en la identificación tradicional de las estrellas con animales reales.

¿CÓMO LLEGAR AL TECHO?

Uno de los enigmas de la Sala de los Toros es cómo alcanzaron a pintar un techo tan alto. Se hallaron agujeros, al parecer para poner andamiajes. Otra posibilidad es que lo hicieran con largos palos.

ABRI BLANCHARD

es un pequeño hueso con 69 incisiones, datado en 32.000 años de antigüedad. Quizá fueran dibujos de las fases de la Luna, como se detalla en el dibujo de arriba, lo que les servía para medir el tiempo y para hacer cálculos matemáticos. Otros creen que las incisiones son vulvas.

LOS OJOS DE LOS dos BISONTES

están en la posición de salida del Sol en los solsticios de verano e invierno, desde Lascaux. El de la derecha está en celo, por su pene erecto; el izquierdo, cambiando la piel.

EN LA ERA MAGDALENIENSE,

(15000 a 9000 a. de C.), el cielo se veía distinto que ahora, ya que la Tierra está desplazada de su eje. Los equinoccios se produ­cían en distintas fechas, que los astrónomos ya han calculado.

SOLA EN LA NOCHE MAGDALENIENSE,

Chantal Jègues-Wolkiewiez ha utilizado un software especial para reproducir el cielo de la época.

HIJA DE LA LUNA.

La Venus de Laussel no está datada con exactitud. Parece tener el cuerno de la abundancia en la mano. La investigadora francesa dice que podría ser un símbolo lunar femenino.