Nació hace 75 millones de años en la actual Utah (EEUU) y solo vivió unos doce meses. Hoy, su esqueleto fosilizado ha alcanzado la fama por ser el más completo, y el del más joven y más pequeño Parasaurolophus que conocemos. Descubierto por el estudiante de secundaria Kevin Terris en 2009, fue bautizado como Joe y acaba de protagonizar un estudio publicado en la revista PeerJ por el paleontólogo Andrew Farke. En él se detalla que este dinosaurio herbívoro que solía desplazarse a cuatro patas, pero a veces saltaba sobre dos, medía 1,82 m de largo, y también se muestran la primeras conclusiones sobre el proceso de desarrollo de estas criaturas.
A partir de los fósiles, Tyler Keillor ha imaginado así su aspecto:
La abundancia de huecos correspondientes a vasos sanguíneos y células óseas en sus huesos indica que su crecimiento era muy rápido, y unas marcas de su “hocico” corresponden al anclaje de un pico no conservado que le servía para arrancar hojas y hierbas. La característica cresta hueca de su cabeza se iba modificando con la edad, y se sospecha que le servía para amplificar los sonidos que emitía o como adorno para atraer a posibles parejas.