Insomnio en la sabana
La jirafa es una de las especies menos dormilonas del reino animal. Se despiertan cada tres horas. Y cuando duermen, suelen hacerlo de pie, ya que su altura es su mejor defensa contra los depredadores. Aquí vemos a un grupo de ellas descansando junto a un pozo en Botsuana.
Huyendo de la luz
El calamar es un animal fotófobo, lo que hace que durante el día se refugie en los fondos marinos. Pero al caer la noche, cuando la claridad escasea, accede a aguas menos profundas: es el momento idóneo para pescarlo.
El gran depredador de la noche
Además de poseer una capacidad de visión 30 veces más sensible que la del ser humano, el búho tiene muy aguzado el sentido del oído. Posee una red de plumas ubicadas en torno a los ojos, conocida como disco facial, que funciona como una antena parabólica que capta hasta los sonidos más tenues emitidos por sus posibles presas y los redirecciona a los oídos.
“Me da en la nariz que voy a pillar algo”
Aunque es un animal de hábitos nocturnos, que prefiere cazar amparado por las tinieblas, la visión del zorro ártico no es muy aguda. Por eso, se guía por su desarrollado olfato para perseguir y atrapar a sus víctimas.
Música after hours
La banda sonora de la noche la pone la chicharra con su característico canto. En realidad, se trata de un sonido que producen los machos para atraer a las hembras, y lo hacen gracias a unas membranas que tienen situadas en el tórax.
Alas lunares
Existen muchas más mariposas trasnochadoras que diurnas. De las casi 135.000 especies de lepidópteros que se han clasificado, solo 24.000 viven de día. Entre las que prefieren la oscuridad figura la Actia luna, considerada de las más bellas.
Escrutar las sombras
Los ojos del lagarto están especialmente diseñados para ver en la oscuridad. Son hasta trescientas veces más sensibles que los del ser humano, lo que les permite ver con claridad por muy escasa que sea la luz.
El vampiro ataca
Un murciélago de herradura a punto de capturar una polilla. Estos quirópteros suelen cazar en cuanto se hace de noche. Pasan horas colgados de unos posaderos nocturnos, llamados perchas, en los que acechan a sus presas.
Cogidos in fraganti
Las sombras nocturnas del Serengueti ocultan escenas indiscretas. Como la de esta pareja de leones copulando. Una hembra en celo y un macho dominante pueden aparearse cada veinte minutos durante cinco días.