La NASA, Monkey Island, los Hermanos Marx, Charlie Sheen y Buggs Bunny han caído rendidos ante los encantos de un personaje tan divertido como vulgar. Con un cuerpo escombro de látex amarillo, se ha convertido en una estrella. Hablamos del célebre y exitoso pollo de goma que voló a la estratosfera. La NASA decidió que era hembra y la bautizó como Camille.
Tablas en el escenario
En España lo conocen sobre todo los dueños de perros. Se fabrican y venden como juguete canino, sin que por ello Camille pierda su dignidad. Pero también es una mascota frecuente en las compañías de teatro. El pollo de goma es un habitual entre bambalinas, y tiene sus razones.
En la Edad Media, cuando reyes y ricos se deleitaban con actuaciones de bufones, además de sus instrumentos musicales y chistes solían llevar zurriagos, unos instrumentos de la utilería de entonces, elaborados con un palo y tripas de cerdo, para golpear con sorna al personal. Esto, fusionado con pollos muertos, quizá fuera el comienzo de su historia.
Según Lawrence E. Mintz, profesor emérito del departamento de Estudios Americanos de la Universidad de Maryland: “Los pájaros fueron un elemento común en la escena burlesca, donde los cómicos de pantalones anchos lo usaban como arma para pegar a otros cómicos”. Dwight Blocker Bowers, comisario en el Museo Nacional de Historia Americana Smithsonian, afirma que “su historia es oscura, pero yo diría que sus inicios se encuentran en el vodevil americano y la idea de usarlo como utilería.”
Cuando Camilla llegó a la estratosfera, Felix Baumgartner todavía no había pasado por allí. Aunque ella no saltó
Las etiquetas de los pollos del fabricante Archie McPhee nos cuentan otra historia bastante distinta. Afirman que estos personajes se originaron durante la Revolución Francesa. Aunque, según McPhee, para los soldados –a diferencia de los bufones– no eran un arma, sino un amuleto de buena suerte para colgar en sus mosquetes. Esta historia apócrifa utilizada por los revolucionarios dio lugar a que la Sociedad Internacional del Pollo de Goma, un grupo de discordianistas (religión satírica que rinde culto al caos), lo adoptasen para sus espectáculos más sarcásticos. Marcaban al pollo con las iniciales “RC”, con el fin de sugerir un vínculo con la Rosacruz de dicha fraternidad.
Una tercera teoría de cómo el pollo de goma se hizo fuerte en la historia nos devuelve al teatro y la comedia. A mediados del siglo XIX, en los albores de la era del caucho, importantes personajes de la comedia fueron vistos con un pollo. El primero que se puede recordar fue el famoso payaso inglés Joseph Grimaldi.
A principios del XIX, la gula estaba muy de moda. Era una señal de riqueza. Por tanto, es más que probable que Grimaldi subiera al escenario con esos falsos manjares con el fin de satirizar a la clase alta. Pero fue años más tarde, con la llegada del plástico y el látex en 1900, cuando la fabricación se disparó.
Se puede hacer un nudo
Pero si alguien ha tenido tiempo para reflexionar sobre el éxito del pollo de goma es Jim Rose, presidente de Loftus International, una empresa familiar de Salt Lake City fundada en 1939. Vende cosas como cacas de perro, silbatos que suenan a ventosidad y tinta mágica. Pero su artículo más famoso, sin lugar a dudas, es su pollo de goma. Llevan fabricándolo desde 1960. La empresa vende entre 15.000 y 21.000 pollos de goma anualmente, y destaca por ser el pollo más suave del mercado. La idea, según su fabricante, “es que el pollo sea tan flexible que pueda hacerse un nudo con él. Los de la competencia son más duros que una piedra”.
De este suave material está hecha Camilla, uno de los personajes sin vida más queridos de la NASA. Tiene presencia en redes sociales y es el primer pollo de goma astronauta de la historia… quién sabe si el último. Por primera vez sale de su entorno habitual, la comedia, para ser didáctico. Camilla Corona es la mascota del Observatorio de Dinámica Solar y se usa habitualmente para enseñar a los niños los misterios de nuestro universo de una forma divertida. Según los formadores de la NASA: “Pasar un pollo de goma en lugar de un micrófono para que los niños hagan sus preguntas suele ser más eficaz; se cortan menos”. Pero además de sus labores habituales de mascota, Camilla también fue “entrenada” para salir a la atmósfera terrestre y estudiar las tormentas solares.
¡Pollo va!
Para los jugadores y fans de la mejor historia gráfica que existe, Monkey Island, es difícil olvidar cómo tuvimos que salir de apuros en su primera aventura con un pollo que tenía una polea en el centro. Los creadores del popular videojuego, LucasArts, tuvieron el acierto de usar un pollo como arma arrojadiza entre piratas. Tuvo tanto éxito que se ha convertido en una “granada” habitual en diversos videojuegos.
Pero además de estrella de la Agencia Espacial americana, la comedia y los videojuegos, el pollo de goma ha hecho cameos de infarto con Buggs Bunny, con Harpo, el “chamarilero” de los Hermanos Marx, e incluso Charlie Sheen lanza uno con arco en Hot Shots 2.
Para algunos también es símbolo de protesta. En la puesta en escena de The Killing Game, el crítico teatral G. Stadelmaier estaba allí como jurado. Por razones que desconocemos, pero que podemos imaginar, el actor Thomas Lawinky le lanzó un pollo de goma sin ningún humor y sí con muy malas intenciones, lo que provocó que horas más tarde presentara su renuncia.
Y claro, tiene fans
También tuvo su minuto de oro en la final de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2006 en Turín. Un hombre se dio un paseíto usando nada más que el anuncio de un juego y un pollo de goma colocado de forma… estratégica. Finalmente, el árbitro K. Wendorf abordó al hombre, mientras otro le cubría con una manta poco antes de ser detenido por la policía italiana.
Y es que hay algo acerca de esta ave de corral que le quita hierro a cualquier situación. El pollo de goma se ha convertido en la taquigrafía de las cosas que son tontas y absurdas. Y hasta tiene fans. En Iowa (EEUU) hay un concurso de lanzar pollos de goma que incluso ha intentado entrar, sin éxito, en el libro Guinness. El Municipio de Cícero, en Illinois, gastó unos 1.000 € en comprar 250 pollos de goma para lanzarlos en un desfile. Pero eso no es nada. Lo peor es que, analizando las cuentas, se percataron de que el anterior alcalde, Larry Dominick, había gastado casi 500.000 € en comprar pollos de goma bajo su mandato.
En el año 1993, en plena campaña electoral. un aspirante a la alcaldía de la ciudad de Nueva York se burló del entonces candidato Rudolph W. Giuliani por no presentarse a un debate y enviar un pollo de goma en su lugar. Los medios de comunicación y las masas, naturalmente, estaban encantados.