De ahí el nombre de la exposición: “Pieles” , un recorrido visual por el ámbito de las variadísimas texturas vegetales que se presentan unas veces rugosas, otras aterciopeladas o simplemente porosas, en las que una extensa paleta de tonos que abarcan todas las variedades de verdes y ocres inimaginables y en los que confluyen cientos de matices, llevan al espectador a avanzar por un camino sorprendente dentro de un bosque encantado, pero absolutamente real.
La muestra se desarrolla en el excepcional ámbito del Real Jardín Botánico (CSIC), siendo así como estas fotografías en gran formato, van a tener como referente el entorno natural de su propio hábitat, ya que se integran en lo que es su universo genérico al estar ubicadas en el paseo de Carlos III del Real Jardín Botánico.
Haya
Juan Muguruza, “HAYA IV”, 2010-11. Fotografía digital, cortesía del artista.
(Fagus sylvaticaes)
De la familia de la Fagáceas, el haya está emparentada con robles y castaños, y junto a ellos puebla los bosques de las zonas templadas del planeta. Su crecimiento es muy lento, pero es un árbol que puede llegar a vivir hasta 300 años.
Crece principalmente en Europa. En España, se encuentra en los Pirineos, otras zonas montañosas del norte y también en Madrid, donde destaca el Hayedo de Montejo.
El hombre ha usado el haya en tornería, ebanistería y carpintería. También como árbol de sombra en grandes espacios.
Acacia
Juan Muguruza, “ACACIA I”, 2010-11. Fotografía digital, cortesía del artista.
Entre los antiguos, la acacia era tenida como planta maravillosa, por sus propiedades curativas y la creían de suma eficacia para ahuyentar la mala suerte. En Egipto, era muy conocido este árbol y sus naturales lo empleaban para la construcción de embarcaciones, estatuas y muebles. Entre los hebreos, se le cita con el nombre de madera de setim[1] y según los libros santos, en la construcción del tabernáculo la única madera que se empleó fue la Acacia seyal
Pino
Juan Muguruza, “PINO II”, 2010-11. Fotografía digital, cortesía del artista.
(Pinus)
El pino es probablemente el árbol más conocido en todas las sociedades, está representado por sus numerosas especies casi en cada país del mundo. Es una gimnosperma, es decir que no tiene fruto, pero si presenta un cono o piña. Una de sus características más llamativas es la gran cantidad de resina que producen, utilizada sobre todo en la industria. De igual forma, la madera de pino es muy importante como una madera flexible y maleable en el mundo de la carpintería.
Los montes de Valsaín, en Segovia, con sus estilizados pinos, fueron el primer espacio protegido con leyes en España
Araucaria
Juan Muguruza, “ARAUCARIA II”, 2010-11. Fotografía digital, cortesía del artista.
«ALTA sobre la tierra te pusieron, dura, hermosa araucana de los australes montes, torre de Chile, punta del territorio verde, pabellón del invierno, nave de la fragancia.» Son versos de la oda que a este árbol escribío Pablo Neruda.
La Araucaria araucana es el árbol nacional de Chile, además el nombre del género deriva de la región de Arauco, donde los nativos mapuche de Chile central y del sudoeste de la Argentina utilizan la semilla de la araucaria como alimento.
Olivo
Juan Muguruza, “OLIVO I”, 2010-11. Fotografía digital, cortesía del artista.
El olivo constituye una de los cultivos tradicionales más antiguos de la Europa templada y cálida. Sus orígenes habría que buscarlos 4000 años AC en la antigua Mesopotamia, aunque existen referencias históricas de su cultivo en la mayoría de culturas del Próximo Oriente y Mediterráneo Oriental.
Aparece con frecuencia en los monumentos egipcios, como la tumba de Tutankhamon donde se encontraron figuras de coronas hechas con sus ramas. Los griegos, que junto a los fenicios fueron responsables de la expansión de este cultivo en la Península Ibérica, le dieron una importancia capital, considerándolo un árbol sagrado y mágico.
Eucalipto
Juan Muguruza, “EUCALIPTO VI”, 2010-11. Fotografía digital, cortesía del artista.
(Eucaliptus globulus)
Árbol magnífico, espectacular y de elevada talla, llega a alcanzar los 70 m de altura y los 2 m de diámetro.
Se caracteriza y reconoce fácilmente por su corteza, que se desprende en tiras que, tras permanecer colgado del árbol durante un cierto tiempo, acaban por caer al suelo tras las ventoleras, dejando ver al exterior una nueva corteza de color blanco-plateado o azulado-pruinoso.
Este árbol es especialmente apreciado por la calidad de su madera y la variedad que proporciona, dependiendo de la especie de que se trate. Así, se puede obtener de su tronco madera aserrada, paneles, aglomerados, postes, chapas, pulpa, etc.
Otra característica que hace del eucalipto un árbol útil es su capacidad medicinal, en especial, para tratar afecciones pulmonares, catarros o ataques de asma.
Platanero
Juan Muguruza, “PLATANERO II”, 2010-11. Fotografía digital, cortesía del artista.
Esta especie ha ocasionado numerosos problemas debido a la fortaleza y profundidad de sus raíces, que han llegado a perforar tuberías y canalizaciones. De hecho, el platanero crece con rapidez, alcanza dimensiones descomunales y puede incluso dañar balcones y fachadas.
Platanero
Juan Muguruza, “PLATANERO III”, 2010-11. Fotografía digital, cortesía del artista.
El platanero tiende a desaparecer del paisaje urbano.
Hay varios criterios que se tienen en cuenta a la hora de plantar nuevos árboles en las ciudades, pero fundamentalmente se valora su capacidad alérgena y su porte. En cuanto al primero, el polen de plátano de sombra es la tercera fuente más importante de alergia tras las gramineas y el olivo. Esta especie poliniza entre marzo y abril, lo que para muchos supone una temible avanzadilla de los síntomas de la enfermedad.
Platanero
Juan Muguruza, “PLATANERO II”, 2010-11. Fotografía digital, cortesía del artista.
(Platanus)
El plátano, un árbol robusto y de sombra generosa, se está convirtiendo en uno de los ejemplares más habituales en los jardines. El plátano es un árbol caducifolio de hojas verdes. Puede llegar a alcanzar los 35 metros de altura. Las ramas son intrincadas, el tronco recto y la corteza de color amarillento y verdoso, formada por placas finas que suelen desprenderse.