Después de emplear dos décadas de su vida a defender a lo perjudicados en casos de intoxicación alimentaria -y de conseguirles indemnizaciones por valor de 530 millones de euros- vale la pena tener en cuenta el consejo del abogado especialista en seguridad alimentaria más prominente de Estados Unidos, Bill Marler. Él sabe bien lo peligrosos que pueden llegar a ser los alimentos contaminados, pero sobre todo estos seis: los que no se atreve a catar.
Puede contener muchos tipos de virus, bacterias y parásitos, patógenos que causaron, en el país de Marler, 150 brotes de intoxicación entre 1998 y 2011. Son muchos casos, teniendo en cuenta que el consumo de este producto es minoritario. El riesgo no merece la pena, sobre todo porque desaparece por completo tras el proceso de pasteurización.
Algunos restaurantes ofrecen cortes baratos, pero sabrosos, que se consiguen con un proceso que consiste en atravesar la pieza con minúsculas agujas que cortan el tejido más duro. El problema es que la técnica puede introducir las bacterias que morirían en la sartén hasta el interior de la carne, donde pueden ocultarse del calor de los fogones. Solo cocinar toda la pieza a 70º C elimina el riesgo.
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Quién podría olvidar la crisis de los pepinos españoles, injustamente señalados como fuente de un brote mortal en Alemania. Tras la defensa a ultranza del producto español, se supo que la fuente estaba en germinados ecológicos alemanes. No sorprendió: a veces las semillas de los germinados están contaminadas por bacterias, especialmente por las del género salmonella y por E.coli. Son “productos que no como en absoluto”, excepto su están bien cocinados, subrayó Marler a la web Bottomlinehealth. No es un capricho: las infecciones por estas bacterias suelen llevarte la hospital pero, en el peor de los casos, te conducen al cementerio.
Marler ha detectado que las intoxicaciones provocadas por este manjar crudo se han elevado en los últimos tiempos. Lo achaca a el aumento de la temperatura de los mares, que favorece el crecimiento de los microorganismos. Tiene sentido, puesto que este marisco actúa como filtro del agua que lo rodea, asimilando así su sabor y, por desgracia, sus peligros.
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Fruta y verdura preparada
Según Marler, cuanto más se manipula y se procesa un alimento, más peligroso se vuelve. Es el caso de la fruta que se vende pelada y cortada, así como de las ensaladas listas parta comer. El abogado aconseja comprar la verdura, siempre entera, en poca cantidad y consumirla antes de cuatro días que puede medrar dentro de las neveras.
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No las ves, pero casi todos los huevos tienen bacterias del género salmonella en su cáscara. Normalmente, no hay suficiente carga bacteriana como para provocar una intoxicación, pero no sería la primera vez que el brote se hace realidad. Es lo que sucedió en Estados Unidos, en 2010, cuando los huevos contaminados provocaron 2.000 casos de salmonelosis.