En 1992, un equipo de investigadores de la Universidad de Ohio y de la Academia China de las Ciencias recolectó muestras de núcleos de hielo de un glaciar en la meseta tibetana. El análisis de las mismas mostró que el hielo tenía aproximadamente 15.000 años de antigüedad.
Más tarde, en 2015, otro equipo de la Academia China de las Ciencias, recogió muestras de núcleos de hielo del mismo glaciar. El análisis de ambas muestras era algo que los expertos esperaban con ansias, ya que eran zonas poco exploradas. Solo había un problema: cuando los dos equipos recolectaron originalmente sus muestras de hielo, no se aseguraron de que el equipo que estaban utilizando no contaminara los núcleos de hielo. Eso significa que los investigadores tenían que eliminar cualquier contaminación que hubiera ocurrido durante la extracción inicial y asegurarse de que no se introdujeran ningún contaminante propio. Para garantizar una muestra perfecta, los investigadores, liderados por Lonnie Thompson, cortaron parte de la capa externa de cada muestra . Luego se lavaron con etanol para fundir aproximadamente 0,5 centímetros de hielo y más tarde con agua esterilizada. Así las muestras se consideraron limpias de cualquier contaminación externa y se pudo realizar el análisis.
Ahora se han publicado los resultados y muestran la presencia de 33 géneros de virus, 28 de los cuales no eran conocidos por la ciencia. Los investigadores señalan que los virus que encontraron en los núcleos de los dos sitios difieren entre sí, probablemente porque representan diferentes puntos en el tiempo y, por lo tanto, diferencias en el clima. El trabajo, señalan los autores podría servir para anticiparse a la acción de virus que ahora mismo se encuentran en el hielo y que el calentamiento global y podría liberar.