Mil millones de personas en el mundo no tienen acceso a la electricidad, lo que supone el 13% de la población mundial. Y son varios millones más los que no tienen nevera. “Si la cadena de frío no puede mantenerse, la mayoría de las vacunas contra el coronavirus que se están desarrollando perdería sus propiedades”. Vicente Larraga, investigador del CSIC, ha pensado en ellos, en los últimos a la cola del remedio que nos salvará del coronavirus, los más pobres
La vacuna que en este momento supera obstáculos en su laboratorio no necesita una cadena de frío. Esta es solo una de las características que le dan valor frente a los más de 90 proyectos de vacuna contra el coronavirus en marcha en el mundo (dos más también en España). Esta cualidad la convierte en la vacuna que puede llegar a los últimos de la fila. “Y no podemos dejar de pensar en ellos”, comenta Vicente Larraga al otro lado del teléfono.
Usamos ADN sintético. Esto implica que no necesitas una cadena de frío para preservar sus propiedades
¿Por qué tu vacuna puede llegar a los países más pobres y otras no?
Nosotros no utilizamos nada vivo. Usamos ADN sintético. Esto implica que no necesitas una cadena de frío para preservar sus propiedades. Y hay que pensar en ello. Es necesaria una vacuna eficiente para todos. Si tienes una vacuna que te protege, pero necesitas tres dosis, pues no es buena vacuna, porque tiene que llegar a toda la gente que lo necesita.
¿Por qué importa el número de dosis?
En medio de África, por ejemplo, en una selva, las familias son muy conscientes del valor de la vacuna. Si están a 20 km del sistema sanitario cercano, recorren los veinte kilómetros una vez. Llevan a sus hijos una vez a vacunar, dos veces raramente, tres veces nunca. Así que hay que pensar en vacunas de una única dosis para que sean útiles.
Se corre el riesgo de desarrollar una vacuna estupenda, pero que no sea útil fuera del mundo occidental. Esta sí lo sería
¿Y por qué la tuya sobrevive mejor?
Una ventaja de las vacunas de ADN es que el ADN es una molécula muy resistente y no necesita la cadena de frío. Si te pones a vacunar en un sitio donde no hay electricidad ni neveras, hay que tenerlo en cuenta. Se corre el riesgo de desarrollar una vacuna estupenda, pero que no sea útil fuera del mundo occidental. Esta sí lo sería.
¿Y esto no se está teniendo en cuenta en los otros proyectos de vacunas?
De todas las que están en marcha (más de 100 proyectos en todo el mundo), te diría que apenas media doce trabajan con ADN sintético que les da estas propiedades.
En los países más pobres avisan que hay más temor a morir de hambre que del coronavirus
Como no tienen vacunas, se bloquea la economía sumergida que en muchos sitios es mayoritaria. Las personas dejan de poder comer, si no te mueres del virus te mueres de no poder comer. No hay opción. Fíjate lo que ha pasado en Madrid. Hay 102.000 personas que necesitan que les den de comer a consecuencia de la pandemia. Son datos de las ONG. A mí me parece una cifra terrible. Multiplícalo por 10, o por 100 en otros países. Son millones de personas las que hacen un esfuerzo tremendo por encontrar recursos día a día, pero en estos momentos no pueden hacerlo porque no se les permite salir a la calle. Es un problema muy serio. Es una de las grandes necesidades. A mí me preocupan muchísimo estas personas. Si no puedes salir y no puedes comer, ¿qué haces?
Creamos ADN sintético del coronavirus y lo introducimos en las células sanas para activar el sistema inmune
Explícame en qué consiste la vacuna que estás desarrollando
Llevamos mucho tiempo trabajando en este tipo de moléculas. Es lo que hemos utilizado para el desarrollo de la vacuna contra la Leishmaniosis. Nosotros, y todos, vacunamos a personas no infectadas para evitar que se infecten. Nuestro vehículo entra en una célula normal, llega al núcleo y hace que la propia célula produzca la proteína del gen que hemos introducido, perteneciente al agente infeccioso. Esta proteína, que es extraña a la célula ( y al animal vacunado o el hombre), es reconocida como extraña por el sistema inmune, que la reconoce y se activa. Luego, tiempo después, cuando se produce la infección, las células de memoria reconocen al parásito o al virus. Activan rápidamente al sistema inmune y bloquean la infección.
¿De qué depende que tenga éxito?
Acertar con que la parte del gen que introducimos produzca una buena activación del sistema inmune.
¿Y nos dará una inmunidad de larga duración?
Sabemos que a los perros les protege de la Leishmaniosis hasta dos años. Desde luego, la del coronavirus, un año sí serviría.
Nosotros no vamos a vender una vacuna que funcione un poco, necesitamos una vacuna que garantice al menos un 50% de eficacia
Tu vacuna, ¿podría ser la primera en estar lista?
No me atrevería a decirlo. Todos nuestros presupuestos mentales tienen que cumplirse. El día 7 tengo preparado un experimento con unas tetramoléculas nuevas, y vamos a ver si las células de riñón se comportan como espero. Si la biología me dice que no, pues me quedo parado. La biología tiene que responder. Nosotros no vamos a vender una vacuna que funcione un poco, necesitamos una vacuna que garantice al menos un 50% de eficacia.
¿Tener ya hecha la vacuna de la Leishmaniosis te da ventajas?
Tenemos una ventaja, y es que todo el escalado de la vacuna (producción y comercialización), lo tenemos ya hecho, porque sería el mismo que utilizamos para la vacuna de la leishmaniosis, que está en fase 4, a la espera de aprobación para venderla. Esto es un trabajo importante ya hecho.
Detrás de la vacuna de la empresa biotecnológica norteamericana Moderna hay 96 personas trabajando en laboratorio. Yo cuento con cinco, Mariano Esteban con siete, y Luis Enjuanes con once
¿Cuál es tu opinión por la carrera mundial por conseguir la vacuna contra el coronavirus?
¡Qué carrera! Detrás de la vacuna de la empresa biotecnológica norteamericana Moderna hay 96 personas trabajando en laboratorio. Yo cuento con cinco, Mariano Esteban con siete, y Luis Enjuanes con once (se refiere a los otros proyectos de vacunas españolas). En Moderna hay 96 investigadores de primer orden trabajando. Desde luego nosotros no estamos en esa carrera por ser los primeros y llevarnos el botín económico. Estamos en la carrera contra el coronavirus. Vamos a intentar que nuestro país tenga una vacuna hecha y fabricada aquí, porque es mucho más importante de lo que parece. El año próximo habrá cinco o seis vacunas útiles, es importante que una sea nuestra.
¿Y tendremos capacidad para producirla?
Fíjate, la cifra anual de vacunas en el mundo son 5 mil millones de dosis. Tenemos que incrementar la producción mundial en un 10% en una sola enfermedad. Eso es una barbaridad. Y sí, tenemos que tener capacidad para producirla aquí. No puede ser que en España no haya mascarilla y se compren las chinas porque son más baratas. Hay que mejorar la base tecnológica, tenemos que tener capacidad estratégica para poder hacer vacunas.
¿Por qué te has metido en esto?
En España, los que nos hemos metido en esto ha sido claramente por un llamamiento. Somos grupos que hemos estado trabajando en los últimos veinte años en investigación básica, yo me ocupo de algo que suena a chino: expresión genética diferencial, investigación absolutamente básica. Yo era un raro que trabajaba con unos protozoos raros. Menos mal que afectan a los perros y eso nos permitió investigar (la leishmaniosis).
Si tu vacuna se emplea para esos países en desarrollo, ¿cómo les llegaría?
Hace muchos años que occidente dejó en manos de la empresa privada el desarrollo de vacunas. En este caso, si lo consigo, habría una patente, que no es mía, que sería del CSIC. Después se llega a acuerdos entre gobiernos. Las vacunas no se venden al mismo precio en todos los países. Los occidentales pagan más y los que están en vía de desarrollo menos, o nada. Muchos países las reciben gratis. Se distribuyen a través de organizaciones filantrópicas. La mayoría de esas asociaciones están en NY y en general tienen mucho dinero. Los millonarios americanos dan mucho dinero para estas cosas. Ellos compran las vacunas a un precio más barato que Francia o España, o Alemania y la envían gratis a los países más pobres.
Y ¿qué sacas tú, Vicente Larraga, de todo esto?
El sueño de cualquier investigador es que su vacuna sea efectiva y proteja a las personas. Todavía queda algo de romanticismo en este trabajo. ¡Ojalá lo consigamos! Nosotros vamos a poner todo el esfuerzo en ello. Si tenemos un poquito de suerte y se cumple lo que esperamos, que sea utilizada y ayude a las personas es lo más reconfortante que te puede pasar.