Dos nuevas investigaciones revelan que estos huevos de dinosaurio se asemejaban en textura a los huevos de los reptiles actuales como los de serpiente o tortuga
Hasta ahora, los científicos pensaban que los huevos de dinosaurio eran duros, como los de las aves actuales, únicas descendientes vivas de los dinosaurios. Todos los huevos de dinosaurio encontrados hasta la fecha databan del Crétacico, la época tardía de los dinosaurios.
Gracias a dos nuevas investigaciones publicadas el pasado mes de junio en la revista Nature, sabemos que en épocas más antiguas, hace 200 millones de años, existieron dinosaurios marinos que ponían huevos con cáscara blanda. Precisamente por esta característica, pocos se han conservado hasta nuestros días, ya que en su mayoría se degradaron y no llegaron a fosilizarse.
El primer estudio publicado por científicos del Museo Americano de Historia Natural analiza los huevos de dinosaurio encontrados en Mongolia y Argentina. Corresponden a dos especies de dinosaurios: el Protoceratops y el Mussaurus, los dinosaurios más primitivos conocidos.
Al compararlos con otros huevos de dinosaurios registrados, descubrieron eran blandos por la estructura de sus membranas internas, similar a los huevos de reptiles como la serpiente, el lagarto o la tortuga.
El otro estudio desvela información sobre el fósil encontrado en 2011 en la isla Seymour de la Antártida por investigadores chilenos. En su momento lo compararon, por su forma, con un balón deshinchado y, debido a que no supieron que podía ser, lo apodaron «The thing». Ahora, un nuevo estudio de la Universidad de Texas ha conseguido confirmar, mediante el análisis microscópico, que es un huevo de cáscara blanda de 66 millones de años y ha pasado a llamarse «Antarcticoolithus». Por sus grandes dimensiones se cree que perteneció al Mosasaurus, un dinosaurio acuático. Existen dudas sobre esta última afirmación, ya que el huevo no tiene huesos dentro, así que no se puede conocer con certeza su especie. De hecho, hasta ahora se pensaba que los Mosasaurus no ponían huevos.
El «Antarcticoolithus» es el huevo de cáscara blanda más grande que se conoce y el segundo huevo más grande de un animal conocido. Mide 28 centímetros de largo y 18 de ancho, y pesa 6,5 kilos.
Ambas investigaciones revelan datos muy novedosos sobre la incubación y la crianza de los dinosaurios. Al ser huevos blandos, es muy probable que, ambas especies de dinosaurios, los Mussaurus y Protoceratops, los enterrasen en la arena durante el periodo de incubación, al igual que los reptiles actuales, o los abandonasen una vez enterrados o después de vigilarlos durante un tiempo. Al contrario, la incubación de los huevos de dinosaurio de cáscara dura se asemeja más a la de las actuales aves. Es decir, los huevos se incuban en nidos abiertos y los cuidados parentales son muy intensos.
Matteo Fabbri, coautor del primer estudio, creó un árbol genealógico de los dinosaurios remontándose hasta hace 250 millones de años. Sus conclusiones muestran que estos dinosaurios con huevos de cáscara blanda posiblemente sean los antepasados comunes de todos los dinosaurios posteriores.
REFERENCIAS
The first dinosaur egg was soft
A giant soft-shelled egg from the Late Cretaceous of Antarctica