Los bebés recuerdan mejor las cosas cuando se encuentran en el mismo estado de ánimo que en el momento que las aprendieron, al igual que ocurre con los adultos
Las emociones tienen un papel muy importante durante el aprendizaje en los humanos. Es más fácil recordar o memorizar algo que nos haya causado asombro, tristeza, alegría o curiosidad, que algo que no nos despierte ningún tipo de emoción. A esto se le llama memoria dependiente del estado de ánimo.
Este tipo de memoria también provoca que los adultos recordemos las cosas con más probabilidad cuando tenemos el mismo estado de ánimo que en el momento en que las aprendimos. Según un estudio publicado en la revista Child Development, a los bebés les ocurre lo mismo pero con mucha más frecuencia. Si aprenden algo estando tranquilos, no lo recuerdan cuando están alterados y viceversa.
Los investigadores de la Universidad del Ruhr en Alemania reunieron a 96 bebés de nueve meses de edad. En la primera parte del estudio, los bebés vieron una actuación de títeres y tenían que aprender a imitar los movimientos. Algunos de los niños estaban tranquilos durante la actuación y otros más animados. Un cuarto de hora después, a algunos de los bebés se les puso en el mismo estado de ánimo que durante la actuación de títeres y a otros en una estados distinto. Tenían que intentar reproducir los movimientos que habían aprendido con las marionetas.
Si los bebés recuerdan algo estando tranquilos no lo recordarán estando alterados y viceversa
La gran mayoría de los bebés que se encontraban en un estado de ánimo diferente al que tenían al aprender los movimientos, no pudieron reproducirlos. En el caso de los bebés que tenían el mismo estado de ánimo, su memoria era dos veces y media más precisa, y en su mayoría pudieron recordar lo que habían aprendido.
Los estados de ánimo son mucho más cambiantes en los bebés que en los adultos. Según Sabine Seehagen, psicóloga del desarrollo y directora de la investigación, es algo sorprendente que, sabiendo esto, no se haya entendido hasta ahora que «estos cambios en el estado de ánimo afectan el aprendizaje y a la memoria», también en los bebés.
Según los investigadores del estudio es muy probable que, conforme el bebé se va haciendo mayor, la importancia de su estado de ánimo en el recuerdo de las cosas vaya disminuyendo.
REFERENCIAS