Los tiroteos en las escuelas de EE UU se han cobrado cientos de víctimas en los últimos años, pero además tienen un impacto en las vidas de los demás estudiantes, evidenciado por el aumento de las recetas de antidepresivos
En las últimas dos décadas más de 240.000 estudiantes estadounidenses fueron testigos de tiroteo en su escuela. Las cifras son estremecedoras: solo en diez años murieron más de 350 menores a manos de asesinos que compartían sus aulas, y que en su inmensa mayoría eran jóvenes blancos de clase media con ideas afines al supremacismo y el fanatismo religioso cristiano.
Sin embargo, se sabe poco sobre los impactos de estos eventos en la salud mental de los jóvenes supervivientes. Para el estudio los científicos de varias universidades de aquél país han utilizado datos de recetas de antidepresivos para los jóvenes entre 2006 y 2015, examinando los efectos de 44 tiroteos en escuelas cercanas al lugar donde vivían.
Los resultados no dejan lugar a dudas: el haber sido testigo de un tiroteo escolar con víctimas aumenta el uso de antidepresivos por parte de los jóvenes en un 21,4% en los siguientes 2 años. Estos efectos son menores en las áreas con mayor densidad de psicólogos que puedan proporcionar terapias centradas en comportamiento para superar el trauma asociado a los tiroteos, en lugar de recetar fármacos.
RERFERENCIA
Local exposure to school shootings and youth antidepressant use