La estructura cerebral recién descubierta explica por qué algunas aves son superinteligentes
Las habilidades de los cuervos van más allá de lo esperado: pueden señalar cosas, pedir agua a los transeúntes de una calle, reconocer rostros años después de verlos por primera vez… Sobre los loros, los científicos dicen que tienen una inteligencia superior a la de los chimpancés, que incluso razonan mejor que ellos, al nivel de un niño de dos años. Y si la capacidad de orientación puntuara en los test de inteligencia, las palomas mensajeras nos ganaban por goleada.
La inteligencia de las aves, cada vez más demostrada, es lo que ha llevado a investigadores de la Ruhr-University Bochum en Alemania a investigar su cerebro, y han encontrado una estructura cerebral que explica su inteligencia. El estudio acaban de publicarlo en Science.
Este vídeo muestra una investigación publicada en PLOS ONE en la que un cuervo fue capaz conseguir agua comprendiendo cómo funcionaban los vasos comunicantes.
Usando una técnica de imágenes de alta resolución llamada imágenes de luz polarizada 3D, el equipo dirigido por Martin Stacho, un neuroanatomista de la Universidad de Ruhr en Bochum, examinó cortes microscópicos de tres cerebros de paloma mensajera.
Aunque las aves carecen de corteza cerebral, tienen palio, y esto se considera análogo, si no homólogo, a la corteza cerebral
La alta resolución de las imágenes permitió a los investigadores identificar circuitos en una región del prosencéfalo conocida como palio, que se cree que tiene una función similar a la del neocórtex de los mamíferos, es decir, esa área del cerebro a la que le debemos los humanos la capacidad de razonar.
El neocórtex, neopalio o isocórtex es la denominación que reciben las áreas más evolucionadas de la corteza cerebral. Las áreas de neocorteza constituyen el más reciente manto (palio) neuronal, que recubre cada lóbulo cerebral de los mamíferos.
Al igual que la corteza, el palio tiene estructuras distintivas conectadas por largas fibras neurales, que pueden explicar las complejas y creativas habilidades cognitivas de las aves.
Según los investigadores, esto puede significar que el neocórtex de mamíferos y el palio aviar podrían tener orígenes y conectividad similares. En consecuencia, las dos estructuras cerebrales pueden considerarse equivalentes en función, según han publicado en la revista Science .
Pero quizás la implicación más intrigante de este estudio es que las aves pueden tener conciencia. Según los investigadores, los componentes básicos para la cognición de mamíferos y aves pueden haber estado presentes en un ancestro común hace unos 320 millones de años.