Usando un video de alta velocidad se ha podido observar el proceso que produce las gotitas de saliva en el aire durante el habla, especialmente con algunas consonantes, y también se ha comprobado que el bálsamo labial puede reducirlas
A estas alturas es bien conocido que una de las formas en que se propaga la COVID-19 es a través de las gotas de saliva emitidas durante el habla o al respirar, pero el mecanismo preciso que crea las gotas en la boca no se había entendido bien hasta ahora.
Los investigadores de la Universidad de Montpellier, Francia, y de la Universidad de Princeton en EEUU han grabado un video de alta velocidad de la boca de un voluntario pronunciando varios sonidos. En este vídeo se pudo observar el proceso de producción de gotitas y se identificó a las consonantes más peligrosas, que generan más gotitas que viajan más lejos: la «p» y la “t”.
Al pronunciar el sonido «Pa» se forma una película de saliva a través del espacio entre los labios, pero rápidamente se rompe en una serie de filamentos verticales que luego se estiran y finalmente se desplazan por el flujo de aire. La tensión superficial hace que cada filamento volador se rompa en una línea de gotas.
Una propiedad de la saliva llamada viscoelasticidad es la responsable de la formación de estos filamentos. Además de los sonidos “p” y “t” las consonantes que más cotas producían eran la “b” y la d”, ya que en ambos casos hay una retención seguida de una pequeña explosión de aire (por eso se llaman oclusivas).
En comparación el sonido “m”, por ejemplo al decir “ma” envía el aire a través de la nariz y prácticamente no se producen gotas.
Lo sorprendente es que los investigadores también descubrieron que el bálsamo labial interfiere con la formación de las gotas y puede reducir drásticamente el número de gotas emitidas. En uno de los casos se produjeron cuatro veces menos gotas, que quedaban atrapadas en los labios.
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