Los restos de una mujer enterrada con sus armas de caza cambia el relato de la prehistoria. La caza de grandes animales no fue solo cosa de hombres
La enterraron cuando tenía entre 17 y 19 años en el sitio montañoso de los Andes conocido como Wilamaya Patjxa, en el distrito de Puno, al sur de Perú. Junto a su cuerpo, depositaron sus lanzas, puntas de piedra que usaba como proyectiles para derribar animales grandes, un cuchillo y escamas de roca con bordes afilados que debieron servirle para cortar la carne de la presa y extraer sus órganos internos. Fue diestra utilizando el «atlatl», una especie de propulsor para aumentar la velocidad y distancia de su lanza.
El atlantl fue un arma utilizada en el Holoceno medio para dar caza a los ancestros de las alpacas y los gamos andinos. Estas herramientas aparecieron apiladas sobre sus restos, como si hubieran estado dentro de una bolsa de cuero que se deshizo con el tiempo. Eran sus armas para la caza y sus utensilios para preparar la carne y curtir la piel.
La joven cazadora andina recibe el nombre de WMP6, para identificarla en el registro fósil, pero, a pesar de su anonimato, su hallazgo ha cambiado para siempre el relato de la historia de nuestros orígenes. La visión del papel de la mujer en la prehistoria se está transformando.
Un yacimiento de hace 9000 años
En el yacimiento de Wilamaya Patjxa, en Perú, encontraron más de 20.000 artefactos de una comunidad que ocupó el lugar hace alrededor de 9.000 años. Encontraron principalmente restos de piedra descascarada, y cinco fosas de enterramiento humanas con seis individuos. Dos de ellos enterrados con su kit de herramientas para la caza, una mujer y un hombre. Wilamaya Patjxa individuo 6 (WMP6) y WMP1 (el varón) fueron enterrados con puntas de flecha del Holoceno temprano. El minucioso estudio de sus restos, y de los utensilios con los que fueron enterrados, ha sido publicado en Science Advance.
La joven cazadora vivió hace 9.000 años en una sociedad de cazadores recolectores. En aquel momento de nuestra prehistoria se inició la agricultura. Pero fundamentalmente se alimentaban de la recolección de vegetales, y de la caza.
WMP6 muestra que la mujer de aquellas sociedades tenía armas, lanzaba flechas, y participaba en la caza junto con los hombres
A la hora de contar la prehistoria, generalmente se atribuye la caza mayor a los hombres, fundamentalmente porque así es en las sociedades de cazadores recolectores que aún perduran. Sin embargo, WMP6 muestra que la mujer de aquellas sociedades tenía armas, lanzaba flechas, y participaba en la caza junto con los hombres.
La caza comunitaria necesitaba a todos los miembros del grupo para acorralar a un gran animal. La principal tecnología de caza de la época, el atlatl o lanzador de lanzas, permitía que todos, también los niños, pudieran participar en la caza mayor y hacían falta muchas manos para cargar el lanzador.
¿Fue una rara excepción?
En todos los enterramientos, los objetos que acompañan a las personas en la muerte tienden a ser aquellos que les acompaña en la vida Los expertos generalmente aceptan que las puntas de flecha asociadas con los entierros masculinos son herramientas de caza, pero no siempre admiten que las puntas de flecha encontradas en enterramientos de mujeres son herramientas de caza. WMP6 presenta un caso indiscutible.
Los autores del estudio se plantearon si WMP6 fue un caso raro de una mujer en una actividad dominada por hombres. Sin embargo, esto pierde sentido cuando se han encontrado al menos 11 entierros de mujeres con herramientas de caza en 10 sitios del Pleistoceno tardío o del Holoceno temprano en todo el mundo. Según sus estudios, entre el 30% y el 50% de los cazadores del Pleistoceno tardío y el Holoceno temprano en America pudieron haber sido mujeres
El mapa de los entierros con armas para la caza
Este mapa muestra enterramientos donde se han encontrado armas para la caza y señala cuando están asociados a mujeres y a hombres.
Qué cazaban
En el yacimiento se recuperaron cuatro grandes fragmentos óseos de mamíferos terrestres, uno de los cuales es identificable como una vértebra lumbar de una taruca ( Hippocamelus antisensis) o venado andino,17 camélidos (Camelidae), 5 ciervos y 106 fragmentos indeterminados de huesos grandes de mamíferos terrestres y 1 elemento de ave. Los elementos de camélidos y ciervos probablemente provienen de especies endémicas, vicuña ( Vicugna vicugna ) y taruca.