Si la minería de las criptomonedas como Bitcoin o Ethereum continúa, pronto consumirán tanta electricidad como los países medianos de la UE. Los investigadores chinos proponen contramedidas.
Las criptomonedas como Bitcoin son virtuales, solo viven en las memorias de los ordenadores, pero eso no quiere decir que no tengan efectos tangibles. La minería de Bitcoin en China, es decir, el procesamiento de las transacciones a cambio de, bueno, Bitcoins, podría consumir tanta energía como toda Italia en 2024.
Este es el resultado de un estudio publicado en Nature Communications un equipo de investigación chino-estadounidense que ha simulado con modelos muy sofisticados cuál será el desarrollo futuro de Bitcoin.
Según los investigadores, el actual crecimiento de Bitcoin continuará durante años, y si no se toman medidas urgentes en China, podrían invalidar los esfuerzos que está haciendo el país para mitigar los efectos del cambio climático.
Los Bitcoins se basan en la tecnología blockchain, que consiste en una especie de base de datos distribuida de transacciones, muy segura, porque se replica en miles de ordenadores. Las transacciones en las monedas digitales tienen luego un valor real en efectivo, pero para ellos es necesario que un ordenador resuelva ciertas tareas programadas. A cambio de procesar transacciones, se paga al propietario de la máquina, el «minero» de bitcoins.
La minería de Bitcoins en China podría consumir tanta energía como toda Italia en 2024
Esto resulta rentable en países con bajos costes de electricidad, y para personas que tengan acceso a un hardware potente que realice los cálculos con la mayor rapidez y eficiencia energética posible.
Se sabe desde hace tiempo que la creciente industria del Bitcoin tiene una enorme necesidad de energía. El equipo dirigido por Shangrong Jiang, de la Universidad de la Academia China de Ciencias, han planteado la pregunta de hasta dónde puede crecer el consumo.
En sus modelos, los investigadores aplicaron cuatro escenarios diferentes que incluyen no sólo consideraciones de mercado, sino también posibles respuestas políticas. Si no hay intervención política o un desplome imprevisto de los precios, el auge del Bitcoin no alcanzará su punto álgido hasta 2024.
Para esa fecha, en China, la minería de criptomonedas podría consumir 297 teravatios-hora de electricidad al año, nada menos que un cinco por ciento de la demanda eléctrica del país. Esto supone liberar 130 millones de toneladas de CO2 en el proceso.
A largo plazo, según el estudio, el negocio se volverá menos atractivo, en parte porque la criptomoneda está diseñada para que los procesos computacionales necesarias para fabricarlas sean más exigentes con el tiempo. Pero hasta entonces, la minería de criptomonedas es un peligro para el clima.
Los autores defienden que la minería de criptomonedas esté sujeta a un impuesto sobre el carbono, o unos requisitos mínimos de eficiencia energética. Según el equipo, sería aún mejor si sólo se permitiera la extracción en regiones con una alta proporción de energía hidroeléctrica, y no donde actualmente suele tener lugar, que es en zonas que obtienen su electricidad principalmente de centrales eléctricas de carbón.
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