El Toftevaag es un pesquero histórico noruego que desde hace 32 años se dedica a la investigación para la conservación de tortugas, ballenas y delfines del Mediterráneo.
Este año, el Toftevaag ha establecido una alianza con MEDNIGHT, un proyecto para mostrar al gran público los problemas del Mar Mediterráneo y la investigación y los esfuerzos que se realizan para cuidarlo. Dentro de esta alianza, el centenario barco abre sus puertas a quien quiera conocer en qué consisten sus investigaciones.
En la web de MEDNIGHT indican las fechas en las que atraca en distintos puertos españoles y cuándo es posible visitarlo.
El capitán del barco, Ricardo Sagarminaga, lleva 39 años trabajando por la conservación de la mar y muy especialmente las tortugas marinas. Empezó en un proyecto en las playas de las Islas Vírgenes, seguido por varios años de activista en el buque “Sirius” de Greenpeace, y desde 1989 a bordo del Toftevaag.
El viejo pesquero que sirvió a los nazis
El Toftevaag fue construido en 1910 en la pequeña isla de Halsnöy en el fiordo de Hardanger (Noruega) de un modo totalmente artesanal. Su primera misión era la pesca del arenque en el Atlántico Norte, navegando con la flota de arenqueros entre las Islas Shetland, Faroe e Islandía.
Entonces nadie había oído hablar aún de cambio climático, ni de turismo masivo, ni de la plaga de micro plásticos, ni de todas las amenazas que ponen hoy en peligro la supervivencia del mar que nos baña.
A bordo del Toftevaag iban solo tres pescadores, maniobrando las velas y redes en las gélidas y peligrosas aguas durante mareas de dos a tres semanas. Durante la Segunda Guerra Mundial, el Toftevaag fue utilizado por los nazis para llevar a pilotos a un aeródromo en el Cabo Norte.
Aún se conservan a bordo viejas cartas náuticas con el sello del Tercer Reich. Después de la guerra, el Toftevaag fue utilizado como barco de mercancías navegando de Norte a Sur por los fiordos. En 1958 fue restaurado y se le instaló su primer motor, un Grenaa de un cilindro que en la actualidad se conserva en el museo marítimo de Göteborg (Suecia).
El nombre de este viejo pesquero noruego de 1910 significa “lugar de encuentro”, y eso es lo que es, desde que hace 32 años dos ex activistas de Greenpeace lo restauraran en 1989 para una nueva misión como barco de investigación de la asociación ALNITAK, dedicada a la conservación del Mediterráneo.
Entre sus grandes logros está participar en la creación de 14 áreas marinas protegidas
Los principales logros del Toftevaag, en colaboración con grandes instituciones internacionales, ha sido la creación de 14 áreas marinas protegidas, la reconfiguración del tráfico marítimo en Alborán y el Estrecho, el desarrollo de medidas de mitigación de la captura accidental de tortugas en la pesquería de palangre del pez espada y la implicación del sector pesquero en las estrategias de conservación de la biodiversidad marina.
Las redes que atrapan tortugas
Una de las principales tareas del Toftevaag es localizar y retirar redes ilegales de pesca, las famosas cortinas de la muerte.
Estas redes son ilegales en el Mediterráneo desde hace 20 años. Hace 10 años EEUU y Europa invirtieron 15 millones de Euros para que Marruecos hiciera una conversión de su flota acogiéndose al reglamento del Consejo General para la Pesca del Mediterráneo.
Sin embargo, a día de hoy, se estima que más de 1.000 embarcaciones piratas siguen utilizando estas cortinas de la muerte, poniendo en riesgo la biodiversidad del Mediterráneo, la navegación y la pesca ilegal.
Una de las misiones del Toftevaag es documentar esta pesca ilegal y obtener los suficientes datos científicos para conseguir que por fin se haga cumplir una legislación fundamental para el futuro del Mediterráneo.
La pesca ilegal no tiene fin
La pesca ilegal o no regulada (IUU) es uno de los principales orígenes de lo que denominamos “pesca fantasma”. Se trata de elementos de pesca abandonados o perdidos que a la deriva constituyen una amenaza para la mar. En 2020 el Toftevaag puso en marcha el proyecto GHOST FADs (Pesca fantasma), haciendo un llamamiento a los navegantes y pescadores del Mediterráneo para registrar y retirar artefactos de pesca fantasma y rescatar a tortugas enmalladas.
La pesca fantasma y otras basuras marinas como bolsas de rafia o cordajes suponen en la actualidad el principal riesgo de muerte para las tortugas marinas en mar abierto. Pero estos artefactos peligrosos a la deriva no son solo una amenaza para la fauna marina.
A través del portal www.ghostfads.org , navegantes y pescadores pueden registrase en la flotilla “Todos por la Mar” y descargar materiales para saber cómo actuar si en sus singladuras se encuentran con artefactos potencialmente peligrosos.
La importancia de las áreas protegidas
32 años de ciencia realizada a bordo del Toftevaag ha contribuido a la declaración de 14 áreas marinas protegidas en el Mediterráneo. Ahora, en el marco del Proyecto LIBERA, estas áreas protegidas, y en especial los lugares NATURA 2000 para tortugas y cetáceos o el Parque Nacional del Archipiélago de Cabrera son la principal zona de trabajo del Toftevaag que las utiliza como laboratorios para sus campañas científicas y el desarrollo de medidas tecnológicas para la mitigación de riesgos como la contaminación acústica, las colisiones o la basuraleza y pesca fantasma.
Tortugas sin fronteras
Hace treinta años, cuando el Toftevaag iniciaba su nueva misión como barco para la conservación del Mediterráneo, casi nadie sabía que en el Mediterráneo había ballenas, delfines o tortugas marinas. Ahora eso ya ha cambiado, pero lo que aun muchos desconocen, es que la mayoría de las tortugas que abundan en nuestras aguas son originarias de las playas de puesta de Florida, Caribe y África occidental.
El USFWS acaba de firmar otro convenio de cinco años con el equipo del Toftevaag para dar continuidad en esta colaboración bajo el marco de su iniciativa “Wildlife without borders” (vida silvestre sin fronteras). La base científica de esta colaboración está en el seguimiento satelital de las tortugas, que aporta información sobre las migraciones, preferencias térmicas, y sus patrones de inmersión. Es información de gran valor para encontrar soluciones a problemas como la captura accidental o las colisiones con embarcaciones. En estos estudios, los datos de las marcas de satélite de tortugas se integran en el ICTS SOCIB, un sistema multiplataforma que modeliza estos datos junto con la información de satélites, robots y boyas oceanográficas.