Como todos los años las perseidas o lágrimas de San Lorenzo acudirán a su cita con las noches de verano para iluminar los cielos con centenares de estrellas fugaces
Las perseidas este año visitan nuestro cielo desde el 17 de julio al 24 de agosto. Aunque será más común que veamos estrellas fugaces entre estas fechas, la lluvia intensa de estrellas fugaces se concentra en días concretos. Este año tendremos dos grandes oportunidades para contemplar las perseidas: la noche del 11 al 12 tendrá las mejores condiciones para contemplar las perseidas. Si nos la perdemos o queremos repetir, la noche del 12 al 13 tendrá la mayor concentración de meteoritos surcando los cielos, pero la luna estará más grande y tapará un poco su brillo. Concretamente el 13 de agosto a partir de las 04:05 se verán 110 meteoritos por hora.
¿Cómo ver las perseidas?
Para observar este evento astronómico no se necesitan grandes telescopios o aparatos sofisticados, tan solo con levantar la vista al cielo podrás ver decenas de estrellas fugaces cruzando el firmamento. Eso sí, lo mejor es evitar la contaminación lumínica y alejarse de las ciudades para disfrutar de las perseidas en todo su esplendor.
Aunque las perseidas reciban su nombre de la constelación de Perseo, las estrellas se verán por todo el cielo. Solo necesitaremos mirar atentamente y evitar las fuentes de luz como linternas o pantallas de teléfonos para que nuestros ojos se acostumbren a la oscuridad.
¿Por qué llueven estrellas?
La mayoría de estrellas fugaces son pequeños fragmentos de meteoritos que entran en la atmósfera. La altísima velocidad de las partículas espaciales genera una enorme fricción con el aire, calentándolas tanto que se desintegran en destellos de luz que llamamos estrellas fugaces. Las perseidas no son diferentes del resto de estrellas fugaces. Se producen por partículas de polvo espacial, menores al centímetro, que entran masivamente en nuestra atmósfera y se desintegran con espectaculares destellos de luz.
¿Por qué son tan puntuales las perseidas?
Las perseidas llevan acompañando a la humanidad miles de años, el primer registro de ellas viene de la China del 32 a.C. Desde entonces siempre han aparecido en julio y agosto. Su puntualidad es debida a que son producto de un cometa que orbita al Sol. El cometa Swift-Tuttle nos regala cada año una lluvia de estrellas producto de la nube de polvo estelar que lo acompaña. Al igual que el resto de astros, como la luna, el cometa Swift-Tuttle tiene un viaje determinado el Sistema Solar. En los meses de julio y agosto pasa cerca de la Tierra regalándonos las perseidas, el resto del año viaja por el espacio y crea estrellas fugaces para otros planetas.
Créditos Imágenes de cabecera: El Coleccionista de Instantes Fotografía & Video