Era solo cuestión de tiempo que la movilidad eléctrica llegara al mundo de la nieve
Hace ya un par de años que algunos fabricantes empezaron a trabajar en prototipos capaces de moverse por las zonas de esquí sin necesidad de recurrir a motores de combustión. A lo largo de 2022 las primeras motos de nieve eléctricas llegarán al mercado.
La primera que se comercializará será un modelo muy ligero, a caballo entre una bicicleta eléctrica y una moto. Está fabricada por la empresa francesa Moonbikes y no tiene grandes pretensiones, excepto la de la ser práctica.
La idea de fabricar una moto de nieva eléctrica y ágil surgió en la cabeza de Nicolas Muron, fundador de Moonbikes, en 2015. Pasaba unos días en casa de sus abuelos, en el pueblo de Saint-Nicolas-de-Véroce, en los Alpes franceses cuando se dio cuenta de que en verano había infinitas soluciones de movilidad. En los meses de frío, sin embargo, la oferta se limitaba a verdaderos todoterrenos, contaminantes motos de nieve o la propia habilidad y destreza de cada persona para desplazarse o divertirse en la nieve por su propio pie. Así que decidió buscar una solución para desplazarse en invierno capaz de soportar 25º bajo cero. El modelo que ahora sale a la venta probablemente sea la respuesta a su inquietud, pero no a la de muchos aficionados a la nieve que tendrán que desembolsar 8.500 euros para disfrutar de uno de estas motos ensambladas por Bosch que, además, se comercializarán en una breve edición limitada de 1.000 unidades.
La Moonbikes mide 70,5 cm de ancho para que pueda pasar por una puerta o, en otras palabras, ser guardada en un cobertizo y tiene una potencia de 3 kW, lo justo para alcanzar una velocidad máxima de 42 km/h durante su 1,5 hora de autonomía. Sus responsables dicen que puede ser transportada fácilmente y es cierto que no es tan pesada como una moto de nieve convencional, pero no todo el mundo puede levantar en vilo sus 87 kg, batería incluida.
Pisándole los talones, o mejor dicho la huella de la oruga, está la canadiense Taiga Motors que va también a empezar a comercializar en Canadá tres motos de nieve eléctricas los próximos días: la de alta montaña Ekko, la trail Atlas y la de carga Nomad. En los tres casos Taiga Motors ha ideado un sistema de gestión térmica para mantener la batería en óptimas condiciones incluso cuando las temperaturas son extremas. A diferencia de la Moonbikes, aquí hablamos ya de otro nivel en todos los sentidos. El primero, el precio, que parte de 15.000 euros, pero también del equipamiento porque estas tres motos de nieve permiten cierta personalización de los parámetros mecánicos. Puede llevar, también, una aplicación móvil complementaria que se encarga de la planificación y el seguimiento de rutas.
El modelo Ekko, con una autonomía de 98 km, acelera de 0 a 100 km en 4,1 segundos gracias a un motor eléctrico de 120 CV y permite personalizar perfiles de terreno en la pantalla que incorpora.
La Atlas es parecida a la Ekko en términos de potencia porque también entrega 120 CV pero, al ser más ligera, acelera en solo 3,7 segundos. Hay también una versión de 180 CV que hace el 0-100 en 2,9 si quieres más adrenalina.
La Nomad, la moto de nieve eléctrica para los que necesitan transportar cargas de hasta 350 kg, entrega 90 CV en su versión básica aunque existe otra de alto rendimiento de 120 CV.
Y esto, ¿dónde se carga?
Si cargar un coche eléctrico entraña ciertas dificultades, llenar las baterías de una moto de nieve se convierte en una verdadera proeza. Los fabricantes suponen que cada uno de nosotros tenemos un punto de carga en nuestro chalet de alta montaña en la nieve. Pero, si no es así, la cuestión no es fácil de resolver. En el caso de Moonbikes, gracias a su supuesta ligereza, podrás meterla en casa no sin cierta dificultad para conectarla a un enchufe. Los modelos de Taiga Motors lo tienen más complicado por su mayor envergadura. Por eso la empresa, de momento, ha iniciado la instalación de puntos de carga rápida a lo largo de ciertos senderos forestales de la región de Quebec. ¿En España? Bueno, aquí de momento habrá que esperar o negociar algún punto de carga con una estación de esquí. O sea, fácil lo que se dice fácil no va a ser, pero más vale ir pensando en la movilidad eléctrica también en la alta montaña porque el impacto medioambiental de las motos de nieve es real. Hasta ahora, casi nadie se ha atrevido a abrir este frente porque hay otros más evidentes, pero ya empiezan a alzarse voces también sobre este tipo de movilidad… por muy invernal que sea.