La geopolítica está que arde. Se están generando nuevos centros geográficos de poder y Nueva York pierde puntos como capital del mundo
La Bolsa de Nueva York mueve al año un volumen de 36 billones de dólares. Con ese dinero se podría comprar 554 millones de veces el trocito de tierra más pequeño y caro del mundo que también se encuentra en Nueva York. Se llama ‘El triángulo de Hess’.
Sin embargo, hoy existe un intenso debate sobre los nuevos centros geográficos de poder que se están generando y ya no está tan claro que la Gran Manzana mantenga su posición de privilegio como capital mundial del dinero.
Rafa Mingorance, autor del canal de YouTube Diario Vivo Nueva York, explica en este vídeo la situación de Nueva York en el pódium de los grandes.
Texto de Rafa Mingorance:
Nueva York jugó un papel clave en la recuperación económica de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, pero también es la ciudad que vio florecer la especulación financiera. Frente a ese modelo, crece uno nuevo basado en la producción de nuevas tecnologías y está ubicado justo al otro extremo del país.
Pekín tiene ya más millonarios que Nueva York, aunque solo uno más
California es el área de mayor crecimiento de Estados Unidos y la ciudad de San Francisco ya está en condiciones de disputarle a Nueva York su hegemonía económica. Pero la rivalidad no es solo interna. Durante años, Nueva York ha sido la ciudad del mundo con más multimillonarios, pero ya no es así. Pekín le ha superado. La ciudad china tiene 100 multimillonarios, mientras que Nueva York se queda con uno menos: 99.
Nueva York ha sabido construir una imagen muy potente en nuestro imaginario colectivo. Allí se han rodado más de 11.000 películas y muchísimas de series de televisión. Hemos visto tantas veces sus rascacielos y su paisaje urbano que cuando la visitas por primera vez tienes la sensación de haber estado allí muchas veces. Estableces una relación emocional que resulta difícil explicar y que, al mismo tiempo, te arrastra cuando caminas por sus calles.
En 2019, justo antes de la pandemia, la Gran Manzana recibió la visita de 68 millones de personas. Era fácil encontrar a muchos turistas sentados en las butacas de los teatros disfrutando de un musical. Y este es otro de los motivos que suele darse a la hora de afirmar que Nueva York es la capital del mundo. Su extraordinaria vida artística. Broadway da cabida a 40 teatros en la avenida más larga de la ciudad.
El mundo del espectáculo es parte importante de la economía de la local. Antes de la pandemia aportaba cada año casi 15.000 millones de dólares. En Broadway, las grandes estrellas protagonizan las obras dramáticas, comedias y musicales más destacados del momento. En este terreno, es prácticamente imposible rivalizar con Nueva York. Además, tiene algunos de los museos más famosos del mundo como es el caso del MOMA. La Gran Manzana es la casa de muchos artistas y no solo me refiero a actores y actrices. También viven allí personas dedicadas al mundo de la literatura, del arte, del diseño, de la moda y de la música. Si los juntáramos a todos, tendríamos a casi dos millones de personas dedicadas al trabajo creativo. Podrían fundar una ciudad más grande que, por ejemplo, Barcelona.
En la ciudad de los rascacielos se hablan más de 180 idiomas
Nueva York podría ser el escenario de una película donde puede suceder de todo. Te da la posibilidad de subir a lo más alto y vivir las experiencias más extraordinarias. Pero, si las cosas van mal, es fácil sentir su dureza y hasta su crueldad. No hay término medio. A muchas personas les provoca rechazo esta lógica capitalista tan aplastante, pero a otras muchas las seduce y apuestan su vida a ese juego. Y si quieres jugar, el idioma nunca será un problema. En la ciudad de los rascacielos se hablan más de 180 idiomas. Es difícil encontrar otra ciudad del mundo con tanta diversidad lingüística.
Todo en Nueva York es tendencia en el resto del mundo
Nueva York no es la capital de Estados Unidos, ni tan siquiera es la capital de su propio estado. Pero sí es a día de hoy la capital del mundo y la más influyente también. Cualquier nueva tendencia que surge allí rápidamente es imitada en otras partes del planeta. ¿Y por qué hay esa necesidad de imitar lo que pasa en Nueva York? ¿Dónde reside la fuerza de su encanto?
Quizá la respuesta la encontremos en su origen. Ningún sitio de Estados Unidos ha visto más historia que el extremo sur de Manhattan. Allí, los holandeses establecieron un puesto comercial en 1625 y crearon una tradición de tolerancia y un estilo de vida que ha perdurado durante siglos.
Desde los inicios de Estados Unidos como país independiente, esta zona se convirtió en un gran foco estratégico. A diferencia del resto de ciudades norteamericanas, Nueva York es la única ciudad que tiene un origen comercial. El resto basaron su desarrollo en la agricultura. Y ese hecho ya la hace muy distinta, con una personalidad mucho más abierta. En Nueva York todo se compra y se vende las 24 horas del día, siete días a la semana. Si un domingo por la noche te quieres gastar un millón de dólares, puedes hacerlo utilizando el móvil.
Ese origen comercial hace que la gente sea el motor principal de la ciudad, un motor único y difícil de encontrar en cualquier otra parte del mundo. Ahí reside el secreto que explica realmente que Nueva York sea la capital del mundo. Si, algún día, la ciudad llegara a descuidar ese capital humano, dará igual los rascacielos que tenga. Habrá perdido la frescura que hace posible su renovación constante.
Para John Lennon, Nueva York era la nueva Roma. No se imaginaba vivir en otra ciudad tan inclasificable. La realidad es que Nueva York se enfrenta a muchos desafíos en estos tiempos de pandemia y necesita más que nunca volver a inventarse si quiere seguir siendo la capital del mundo.