Beatriz von Munthe af Morgenstierne Ramírez ha sido subdirectora de Naturgy. Es ingeniera de Minas y una de las voces más expertas en gas y mercados energéticos en España. Beatriz responde a las preguntas de Quo sobre la crisis energética desencadenada por la invasión de Ucrania.
Quo: Brevemente, ¿de dónde viene la energía de Europa y cuál ha sido la evolución en estos últimos años?
Beatriz von Munthe: La Unión Europea es el mayor importador de energía del mundo, porque más de la mitad de lo que consumimos lo tenemos que comprar fuera. Eso nos hace bastante vulnerables. Además, más del 45% del gas que consumimos en Europa viene de Rusia. Antes provenía del carbón, especialmente en Polonia, Alemania, y también España. Hay países como Francia con un 70% de energía nuclear, pero estamos creciendo mucho en renovables, El propósito de la Unión Europea era llegar al 20% de renovables en 2020, y alcanzamos un 19,7%. El objetivo para 2030 es llegar al 32% de renovables y creo que se puede cumplir.
Quo: ¿No fue un error europeo ponerse en manos de Rusia para el suministro de gas?
BvM: Fue un error estratégico, pero el gas ruso era mucho más barato, mucho más que traer GNL (gas natural licuado). En España tuvimos la suerte de no tener acceso a él y nos hemos diversificado. Ahora tenemos seis plantas de regasificación y traemos GNL de Egipto, de Omán, de Trinidad y Tobago, de Qatar, de EE UU, Nigeria, o Noruega, entre otros. Polonia va a empezar a suministrarse con gas de Noruega, el contrato con Rusia acaba este año y no lo van a renovar.
Quo: Si se interrumpiera el suministro de gas ruso, ¿hay una alternativa viable de forma inmediata?
BvM: Yo creo que sí la hay porque nos ha pillado al final del invierno, soy optimista en este sentido. No creo que vaya a haber un apagón como anunciaban. España ahora mismo tiene las plantas de regasificación bastante llenas. Entre eso y las reservas estratégicas que se tendrán que utilizar creo que aguantamos lo que queda de invierno. Para el futuro, a medio plazo, más renovables, más autoconsumo y bajar el termostato de nuestra vivienda a 20 grados. La verdad es que todos podemos ayudar.
Quo: Hablando del futuro y del cambio climático, la energía nuclear podría haber sido el paso intermedio hacia las renovables en la descarbonización de toda Europa, ya que no produce gases de efecto invernadero. ¿Fue un error la decisión alemana de abandonar la energía nuclear?
BvM: Fíjate que en Europa hay países como Francia que tienen muchísima energía nuclear, con 58 plantas. Detrás de Francia, Suecia sólo tiene ocho. Francia no puede no seguir usando energía nuclear, pero hay países en los que sí se puede. España realmente tenemos siete reactores, pero suponen sólo el 20% de nuestro mix y las renovables para generación eléctrica en los últimos tres años han crecido mucho: de 37,5% en 2019 a 46,6% en 2021 casi el 10%.
Aunque la decisión de abandonar la energía nuclear parece política, técnicamente ya no son rentables, cuesta más producir energía nuclear que con las renovables. Las empresas de energía privadas como Naturgy, Endesa o Iberdrola han decidido cerrar las nucleares de aquí al 2035 en España, porque la rentabilidad que les ofrece es inferior a la que les pueda ofrecer invertir en renovables.
Quo: Cuando falla el gas, ¿el abandono de las nucleares puede suponer una vuelta al carbón, con el aumento de emisiones y contaminación que conlleva?
BvM: El abandono de la nuclear no ha supuesto consumir más carbón. Las centrales en España se han cerrado ya, y no hemos abandonado las nucleares, se abandonarán cuando hayan cumplido su vida útil. Otra cosa es que pensemos en invertir en nuevas nucleares, de mejor tecnología, pequeñas, flexibles, para dar energía de backup a las renovables, pero esto es a largo plazo. Todavía no son comercialmente viables.
Quo: China tiene un problema medioambiental y social muy grave con el carbón.
BvM: China ha empezado a comprar un montón de gas. Rusia está construyendo un gasoducto hacia China para vender todo el gas que deje de vender a Europa.
Quo: En las renovables, resulta llamativo que en España, con todo el sol que tenemos, haya menos potencia solar instalada que en Alemania. ¿Qué salió mal?
BvM: La verdad es que empezamos muy bien, pero se potenció con subvenciones y hubo un déficit de tarifa. Entonces fuimos para atrás, con el impuesto al sol. Hemos estado 10 años un poco parados, pero a veces no hay mal que por bien no venga. Ahora los paneles solares son muchísimo más baratos que antes, y resultan rentables para los consumidores domésticos. Creo que va a haber un gran tsunami de energía fotovoltaica en España, tanto doméstico como grandes parques en Extremadura, Andalucía y por todo el país. En 2021 las renovables sumaron más del 45% de la energía eléctrica generada en España, y eso es una mezcla entre hidráulica, solar, eólica y biomasa. Hay que seguir creciendo ahí.
Quo: En España ya llevábamos muchos años pagando más por la energía que cualquier otro país europeo. La gente tiene la sensación de que está pagando las malas decisiones de las empresas de energía.
BvM: La verdad es que aquí siempre ha sido la energía un poco más cara que en Europa, porque somos una isla energética. La interconexión que tenemos con Francia es muy pequeña y no nos hemos podido beneficiar del precio bajo de las renovables de Noruega, por ejemplo. La interconexión que hay entre otros países europeos es mucho mayor. Y desde mi punto de vista, deberíamos de presionar para que la interconexión aumente.
En cuanto al precio, depende del contrato que tenga el consumidor. Si el contrato es regulado (PVPC) y está indexado al pool, efectivamente está viviendo las consecuencias de este aumento de precios. Pero si el contrato que tiene es a precio fijo, no.
Con la coyuntura de la crisis entre Ucrania y Rusia, los precios van a seguir subiendo, pero los clientes que son vulnerables tienen un descuento del 60 por ciento, y también se han bajado el IVA y los impuestos, unas medidas que creo se van a extender hasta el mes de julio. Vamos a pagar más la alimentación, por las materias primas, y eso no es algo que podamos controlar. Vivimos en un mundo global.
Quo: ¿Cuál es la solución para que el ahorro por el precio más bajo de las renovables se traspase a al consumidor, se debe modificar el mercado marginalista?
BvM: La regulación del precio marginal de la energía es así en toda Europa, no es solamente un tema español. Al principio, cuando había pocas renovables, y mucho gas destinado a generación eléctrica, era lógico. De esta manera se conseguía una mayor rentabilidad para las renovables, para que recuperaran su inversión lo antes posible. También la teoría económica de que el precio marginal es el precio más justo y más competitivo, basado en la libre competencia. Ahora se está debatiendo en Europa la idea de sacar el gas de este mercado para que no afecte al precio diario de electricidad.
Quo: ¿La energía es algo demasiado importante como para dejarla en manos del mercado?
BvM: Y la vivienda. Hay tantas cosas que son importantes y que están en manos de los mercados. Pero claro, los mercados se supone que fomentan la competencia y la eficiencia.
Quo: Por lo menos, ¿no debería estar la energía estrictamente regulada, tratándose de una necesidad básica?
BvM: Claro que está regulado, y si no estuviera regulado no sé dónde estaríamos. Está regulado el coste de las redes, el coste de los gasoductos, y todo viene en el BOE. El precio libre de la energía, el de mercado, ese es el que está liberalizado.
Quo: En la situación actual con la guerra en Ucrania, ¿qué soluciones deberían tomarse para que la situación no llegue a un punto crítico?
BvM: La guerra es triste, pero creo que en Europa hemos despertado. Yo misma me he dado cuenta de que no hay otra estrategia que crecer en renovables y reducir nuestra dependencia energética, porque el impacto del cambio climático no lo vemos. La guerra sí la vemos, los precios los vemos. Pero los efectos del cambio climático son irreversibles y también están matando y provocando daños. Este es un gran desafío que tiene la humanidad. Tenemos que crecer en renovables, y también tenemos que mejorar nuestra eficiencia energética. La energía va a ser cada vez más cara, igual que el agua y las materias primas, y tenemos que ser más conscientes de la huella que dejamos en este mundo y consumir menos. Hay que ser conscientes de lo que estamos sufriendo ahora y recordar que las guerras vienen siempre por una crisis de recursos.