La última entrega de Parque Jurásico, Jurassic World Dominion, vuelve a poner de moda a los dinosaurios, y el paleontólogo José Luis Sanz y el divulgador Luis Barrera nos aclaran algunos aspectos fascinantes de estos animales extintos
José Luis Sanz García es uno de los paleontólogos de mayor renombre en nuestro país, y está especializado en el estudio de dinosaurios. Es autor y coautor de los estudios que develan hasta ocho nuevos géneros de dinosaurios. Luis Barrera es divulgador científico del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, el primer museo del país que contó con un esqueleto de dinosaurio. Hablamos con ellos de estos animales fascinantes.
QUO: ¿Por qué existe esta fascinación en la cultura con los dinosaurios y cómo creéis que surgió?
Luis Barrera: A mí me fascinaban los dinosaurios ya desde niño. Algunos son animales de un tamaño descomunal y con formas de vida muy variadas. Eso despierta la curiosidad del ser humano. Cuando vienen niños al museo, preguntan siempre por el elefante, la ballena, el rinoceronte, animales de gran tamaño que a ellos les llaman la atención. Pero los dinosaurios tienen algo más misterioso.
José Luis Sanz: Desde mi punto de vista, hay dos razones. Como dice Luis, el tamaño importa en este caso. Si analizamos las mitologías, las leyendas de culturas humanas antiquísimas, en prácticamente todas siempre ha habido un personaje que es enorme: los gigantes, los cíclopes, o los dragones, que han transmitido ese poder extraordinario a los humanos que nos producía una cierta inquietud, pero al mismo tiempo una cierta atracción.
QUO: Los dragones están presentes en muchas culturas, desde Asia hasta América, que no tenían contacto entre sí.
JLS: Eso es. El dragón es un mito universal. Desde un punto de vista paleontológico diríamos que el dragón es polifilético. Eso significa que tiene orígenes independientes en diversas culturas. Tienes dragones en América, tienes dragones en Asia y tienes el dragón clásico de la tradición judeocristiana y las tradiciones draconianas.
Hay algo atávico por esa tradición milenaria y milenaria que tenemos de dragones y de gigantes
Podría uno pensar que alguien ha encontrado algún hueso de dinosaurio hace mil años y dice ‘y esto es un dragón’. Pero eso parece que no es cierto. La mitología de los dragones europeos procede de mamíferos del cuaternario, especialmente de osos de las cavernas. La gente entraba y veía un cráneo que era de un bicharraco mucho más grande que cualquier oso actual, y pensaba que tenía que ser un dragón. Cuando vemos un dinosaurio probablemente hay algo atávico por esa tradición milenaria y milenaria que tenemos de dragones y de gigantes.
QUO: Un meme en Internet se preguntaba cuántas películas hacen falta hasta que se den cuenta de que clonar dinosaurios no es una buena idea.
JLS: Estamos hablando de lo que habitualmente se llama deextinción, y yo creo que es una locura. En los dinosaurios sería imposible porque no conservamos suficiente ADN de dinosaurio. A lo mejor con ingeniería genética podríamos hacer algo, pero parece realmente difícil. Se ha conseguido bastante cantidad de ADN mitocondrial de mamuts, pero de ahí a que consigas clonar un mamut de momento es imposible. Por ejemplo, la idea del parque de Siberia, que se supone que se iba a repoblar de rebaños de mamuts, es una locura. Siberia ya no es siquiera como era en la época de los últimos mamuts, que se extinguieron cuando se construyeron las grandes pirámides de Egipto hace unos 4.000 años. La estepa siberiana ha cambiado y los mamuts se morirían. Lo que tenemos que hacer es emplear todos estos esfuerzos en mantener a sus parientes vivos, a las tres especies de elefantes actuales, que están en peligro de extinción.
LB: Hasta en especies que se han extinguido muy recientemente es muy complicado. Con el bucardo se intentó la clonación y se extinguió dos veces, porque el ejemplar clonado nació y vivió solo unos minutos.
La deextinción es una locura
QUO: Los dinosaurios se extinguieron debido al impacto de un meteorito hace 66 millones de años, y parece que la extinción fue fulminante.
LB: En apenas dos años, y se extinguieron otras muchas especies. Hay evidencias de invertebrados; por ejemplo, en la Antártida hay capas enormes de kilómetros de profundidad llenas de amonitas que murieron en el momento en que cayó el meteorito. Fue una muerte súbita y para los dinosaurios probablemente fue así también. El perfil de que nos encontramos en una tierra post impacto es absolutamente escalofriante. Es una cosa que no te puedes ni imaginar por mucho que te lo describan.
Muchas especies murieron en el momento en que cayó el meteorito; fue una muerte súbita
Sabemos, por ejemplo, que de los vertebrados terrestres mayores de diez o 15 kilos no subsistió ninguno. Pero hay cosas tan raras como que, por ejemplo, las primeras aves antecesoras de las aves actuales, las enantiornitas, sobrevivieron, mientras que otras más primitivas se extinguieron. Es una de las cosas más difíciles de explicar, la extinción selectiva.
JLS: Nadie se podía imaginar en paleontología evolutiva o en biología en general, antes de que se constatara que lo del meteorito es cierto, que las cosas que ocurren fuera de nuestro planeta también pueden ser decisivas para la vida. Nuestra visión de nuestra seguridad sobre la Tierra cambia radicalmente. La buena noticia es que los astrónomos dicen que los asteroides mataplanetas, los de gran tamaño, solo ocurren cada muchos millones de años.
JLS: Pero la gente se lo toma en serio, porque la NASA e incluso la ESA tienen programas para desviar meteoritos mediante un impacto con energía cinética suficiente a una distancia todavía muy alejada, para producir un desvío mínimo que se incrementa con la trayectoria y evitar, al final, que el asteroide choque contra la Tierra.
QUO: Si no se hubiera producido el impacto, la vida en la Tierra habría sido radicalmente diferente. ¿Qué especies habrían llegado a dominar el planeta?
JLS: Sin querer arrimar el ascua a mi sardina, yo creo que los dinosaurios tenían muchas probabilidades. Hay que tener en cuenta que las aves actuales, sobre todo aves como los córvidos, tienen una inteligencia extraordinaria. Mantienen unos diálogos increíbles, aprenden a una velocidad enorme. Las formas de dinosaurios estrechamente emparentados con las aves tenían cerebros ya muy considerables. Lo que nos dice la película de que eran muy inteligentes es porque probablemente lo eran. ¿Existe entonces la posibilidad de que los dinosaurios hubieran dado lugar a una raza inteligente autoconsciente? Los cuervos son autoconscientes. Y las urracas. Se ha demostrado con experimentos.
Los dinosaurios ya eran bípedos, que es una condición bastante necesaria para desarrollar una cultura porque se necesitan las manos. Yo creo que los dinosaurios tenían todas las condiciones para haber sido los nuevos señores del planeta.
QUO: No parece que hubiera mucho sitio para los mamíferos en ese mundo.
LB: Si no hubiera caído ese meteorito, con los dinosaurios evolucionando con plumas, con cerebros más grandes, yo creo que los mamíferos hubieran quedado relegados en unos ecosistemas donde serían animales de menor tamaño, probablemente subterráneos. La presión de caza de los grandes terópodos carnívoros debía ser bestial.
JLS: Luis tiene razón. Siempre se ha dicho que en ese momento los mamíferos eran bichejos de poca importancia, pero los mamíferos estaban bien presentes en los ecosistemas. Lo que pasa es que no eran el grupo dominante. Estarían expuestos a una presión de depredación alta, lo mismo que el resto de todos los ecosistemas de los animales. Los superdepredadores, el último tramo, serían implacables. Sus crías se comerían los animales pequeños, y los individuos grandes de la misma especie, los animales más grandes.
QUO: No habríamos tenido ninguna oportunidad.
JLS: ¡Probablemente no!