La mayoría de los viajes que emprendemos son a otros puntos de la corteza terrestre, a donde nos ata la gravedad, pero los viajes hacia arriba, hacia la estratosfera, están cada día más cerca de nuestro alcance
Cuando pensamos en viajar nuestras trayectorias suelen ser más o menos horizontales sobre la superficie de la Tierra. Nos desplazamos en coche sorteando ríos y montañas. Como mucho, volamos en avión, que tras unos minutos de asenso mantiene una trayectoria paralela a la superficie durante la mayor parte del vuelo. Pocas veces viajamos hacia arriba.
Hasta el momento hay algo más de 500 seres humanos que hayan viajado al espacio. Para que el viaje cuente, hay que alcanzar una altitud de 100 km sobre la superficie terrestre, según la FAI (Fédération Aéronautique Internationale), también denominada la línea Kármán.
Esta fue la precisamente la altura alcanzada por William Shatner, el entrañable actor que dio vida al capitán Kirk en Star Trek, cuando voló el pasado octubre a bordo del cohete lanzado por Blue Origin, la compañía aeroespacial del magnate Jeff Bezos. Conmovido, Shatner, que tiene 90 años, declaró al tocar tierra: «Ver que el color azul pasa a tu lado, y ahora estás mirando a la negrura… todo el mundo necesita hacer esto. Todo el mundo necesita ver esto».
La empresa de Bezos está vendiendo billetes al espacio en su web a aquellas personas que puedan pagarlos, y aunque el precio del billete no se ha desvelado, se sabe que hasta el momento han recaudado cerca de 100 millones de dólares.
Otro millonario, Richard Branson, tiene su propia empresa de transporte al espacio, Virgin Galactic. A diferencia del cohete de Bezos o los equivalentes de SpaceX, la compañía de Elon Musk, Virgin Galactic emplea aviones modificados, tripulados y con alas. Los billetes para este pasaje cuestan 450.000 dólares, pero la rebaja en el precio tiene sus contrapartidas. El vuelo solo alcanza unos 82 kilómetros de altura, por lo que técnicamente no es llegar al espacio, algo que Branson ha discutido acaloradamente.
Para qué ir en cohete si hay globos
Los precios prohibitivos del viaje al espacio y su posible efecto transformador de la conciencia de las personas han hecho que se busquen alternativas más modestas y asequibles. La empresa World View Enterprises está desarrollando un sistema de globo-cápsula para ofrecer viajes a la estratosfera.
En este caso se volará a bordo de una cápsula presurizada que será transportada por un globo gigante de helio. Los primeros viajes están previstos para 2024 y los billetes se venderán a 50.000 dólares por asiento. Sin embargo, la cápsula solo alcanzará una altitud de 30 km sobre la superficie terrestre. No es técnicamente un viaje al espacio, pero es lo suficiente para obtener una vista de la curvatura de la Tierra con el telón de fondo del espacio.
Cada viaje tendrá una duración de entre seis y doce horas. La empresa tiene previsto lanzar al año 3.000 globos que sólo podrán utilizarse una vez. Los globos se reciclarán para utilizarlos como productos que beneficiarán a las comunidades cercanas al lugar de despegue. En el viaje de vuelta a la tierra la cápsula descenderá por medio de una especie de parapente guiado por GPS que permitirá aterrizar en un lugar preciso.
World View tiene previsto lanzar la cápsula desde siete lugares del mundo, como la Aurora Boreal en Noruega, el Gran Cañón en Estados Unidos y la Gran Barrera de Coral. Con ello, la duración total de la experiencia será de cinco días. La cápsula contará con cámaras de vídeo a bordo que captarán todo el viaje. También tendrá telescopios para poder acercarse y ver tanto la superficie terrestre como las estrellas. Habrá una variedad de opciones de comida y conectividad Wi-Fi.
La fiebre por el espacio ha conseguido que el precio del trayecto, el mayor obstáculo, se reduzca en diez veces en unos pocos años. Los viajes al espacio low cost están cada día más cerca.
Sección Viajes de Ciencia de Quo patrocinada por Hyundai