La tecnología AirProne de MICHELIN mejora la vida de los pacientes con insuficiencia respiratoria en los momentos más críticos del síndrome

Félix Fanjul ha estado luchando cuatro meses contra el COVID-19, en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). De ese tiempo, pasó 50 días en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), inmóvil, enganchado a un respirador, inconsciente y con el riesgo de ulcerarse. Una traqueotomía, el esmero del personal sanitario y esa fortaleza que a veces tienen los organismos (que no se sabe bien de dónde sale), le permitieron volver a su casa.

Félix recuerda poco o nada de aquel episodio que pasó en el limbo existencial. Su mujer, Marta, explica que a su marido «lo pronaban» con frecuencia para favorecer la respiración: «Hubo momentos muy críticos y entonces el equipo médico lo colocaba bocabajo para que sus pulmones inhalaran algo de oxígeno».

Hay muchos Félix en el mundo

La situación de Félix no es única. Cada día, las UCI de todo el mundo se enfrentan a pacientes en estado crítico que, además de los problemas inherentes a cada enfermedad, tienen que lidiar con los derivados de la inmovilidad. Las soluciones para evitar complicaciones van desde las aplicaciones con Linovera —una combinación de ácidos grasos y aloe vera que alivia las escaras en la piel—, hasta la utilización de diferentes sistemas de ventilación mecánica.

Un reciente desarrollo de MICHELIN propone una tecnología complementaria. Se llama AirProne y consta de siete cojines que facilitan el tratamiento de las personas que sufren síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). La patología se produce cuando se acumula líquido en los alvéolos pulmonares y el oxígeno llega con dificultad al torrente sanguíneo.

«A diario nos enfrentamos a pacientes con dificultad respiratoria a los que hay que aplicar ventilación bocabajo para que mejoren. En esta posición se generan úlceras por presión que obligan a abandonar la ventilación ventral», explica Gilles Touati, cirujano cardiovascular del Hospital Universitario de Amiens con quien MICHELIN ha desarrollado el proyecto. «No tardé mucho en buscar una solución. Pensé en una estructura hinchable compuesta por diferentes módulos destinados a las distintas partes del cuerpo. Escribí a MICHELIN. La reacción fue inmediata».

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Gilles Touati, cirujano cardiovascular del Hospital Universitario de Amiens.

Como en una nube

La idea que ahora ha llevado a cabo MICHELIN, AirProne, se basa en colocar esos cojines hinchables bajo el pecho, la pelvis, los brazos, las rodillas y las espinillas para distribuir equilibradamente la presión sobre el enfermo, mejorar la respiración y evitar las llagas producidas por la falta de movilidad. Todo perfecto, sin embargo…

El reto era encontrar una solución para el apoyo lateral de la cabeza, porque la mayoría de los pacientes con SDRA se encuentran en posición decúbito prono: bocabajo. La respuesta la encontraron en los tejidos 3D y en un diseño que reduce la transpiración y evita la presión sobre el oído.

MICHELIN y el Hospital de Amiens habían resuelto el problema. Solo faltaba salir de la fase de experimentación y fabricar AirProne. AirCaptif, una start-up de productos hinchables ultraligeros adquirida por MICHELIN, asumió el reto.

El AirProne ya se ha ensayado en nueve centros hospitalarios franceses, y pronto estará disponible también en España. “Concebimos esta tecnología como una respuesta de emergencia a la crisis del COVID-19. MICHELIN es una empresa innovadora y puede haber muchos puentes entre la fabricación de neumáticos y otros sectores», explica Pierre-Henri Legrand, responsable de AirProne. La iniciativa Wisamo, una idea de MICHELIN para combatir la contaminación marítima, es una muestra de ello.

Volver a la normalidad no es tan fácil

En la actualidad, el SDRA supone el 10,4% de todas las admisiones que se producen en UCI, según un estudio de Intramed. Algunos pacientes muestran debilidad muscular y fatiga severa incluso cinco años después del alta hospitalaria. Deterioro de la capacidad funcional y reducción de la tolerancia al ejercicio son las principales consecuencias.

Hace más de un año que Félix Fanjul salió del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Todavía trata de recuperarse de aquel episodio en su casa de Ribadesella, Asturias. Todo habría sido más llevadero para él y los sanitarios que le atendieron si el centro hubiese tenido una tecnología similar al nuevo AirProne de MICHELIN.

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