El año pasado, la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes solicitó un estudio al experto en nutrición John Sievenpiper. El objetivo era comparar la efectividad de dos tipos distintos de dietas: líquida o bajas calorías.
A lo largo de 24 semanas, el equipo de Sievenpiper, analizó a 961 voluntarios. Para el grupo que siguió la dieta líquida, esta representó aproximadamente el 20% de la energía diaria ingerida.
Los resultados, publicados en Diabetes Care, señalan que reemplazar ciertas comidas por una dieta líquida permitió a los voluntarios reducir hasta 3 kilos más.
“Este estudio – explica Sievenpiper en un comunicado – sugiere que hay una herramienta más para que los pacientes con diabetes alcancen sus objetivos de pérdida de peso. Esta es solo otra forma de hacerlo, pero quisiera enfatizar que no hay una manera mejor que otra. El método más adecuado es aquel que cada uno es capaz de seguir y sostener”.
Así, el estudio sugiere que el uso de alimentos líquidos dentro de una dieta estructurada puede ofrecer una solución viable al reemplazar una o dos comidas cada día y complementarse con frutas, verduras y nueces para lograr una ingesta calórica diaria específica.
Si bien los expertos analizaron otros parámetros, como la grasa corporal, la circunferencia de la cintura y la presión arterial, solo se observó una influencia mínima en estos casos.
«Creo que las dietas líquidas podrían ser una forma de conseguir bajar de peso y una herramienta para lograr una dieta más saludable que sirva para no recuperar los kilos de más”, concluye Sievenpiper,.
Juan Scaliter