La empresa de neumáticos Michelin cuida con esmero un ejemplar de cuatrocientos años de un Dracaena Draco, el conocido como drago de Canarias, que vive en el Centro de Experiencias Michelin de Almería (CEMA)
Doña Paquita, Francisca Díaz Torres, nació en 1911 en Morella, Castellón, pero pasó la mayor parte de su vida en Almería. Allí, en Níjar, tenía dos hoteles. Generó empleo y crecimiento en la zona en momentos difíciles. La gente la recuerda a pesar de que falleció en 2014. Pero a doña Paquita Andalucía le reconoce algo más que su espíritu empresarial. Propietaria de la finca El Romeral, situada en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar junto a su marido, José González Montoya, ha sido pieza clave en la conservación del que hoy es el paraje más emblemático y visitado del Parque Natural, en torno a la Bahía de San José. Allí se encuentra hoy el Centro de Experiencias Michelin de Almería (CEMA), un terreno que doña Paquita vendió a la multinacional en 1973 para poder salvar el resto de su patrimonio y asegurarse de paso la preservación de la mayor parte del Parque.
Todo mimos para un abuelo muy sano
Michelin aceptó el legado de la que fue nombrada Hija Predilecta de Andalucía en 2010. Hoy el CEMA está igual de focalizado en la creación de un neumático cien por cien sostenible que en la preservación del entorno. Desde el CEMA se llevan a cabo labores de protección y conservación del Parque, tareas de rehabilitación y de reintroducción de especies protegidas de flora y fauna y, además, se prestan mimos especiales a un Dracaena Draco, el famoso drago originario de las islas Canarias, que supera los 400 años. En Michelin quieren que siga viviendo otros 400 años y que el entorno continúe fiel a los principios que doña Paquita inspiró.
El objetivo de Michelin es fabricar neumáticos 100% sostenibles en 2050
Hoy, en las instalaciones del CEMA, Michelin trabaja para lograr que sus neumáticos estén fabricados con un 100% de materiales sostenibles, reciclados o de origen biológico en 2050. Como objetivo intermedio, que el 40% ya lo sean en 2030 pero, aún más difícil, aumentando su eficiencia energética hasta un 10% en comparación con 2020.
El objetivo es algo más que una declaración de intenciones. La empresa destina a conseguirlo más de 698 millones de euros anuales y 6.000 expertos. Todos ellos persiguen que en estas instalaciones de 4.500 hectáreas y 60.000 metros cuadrados construidos se produzca el milagro del neumático sostenible.
¿Por qué Almería?
Cuando en los años 70 Michelin empezó a buscar un lugar donde instalar un centro de pruebas, se fijaron en el Cabo de Gata. La zona era perfecta porque tenía un microclima particular con el nivel pluviométrico más bajo de Europa (sólo 200 mm de lluvia al año) y unas temperaturas medio altas. Eran las condiciones que buscaba Michelin. En 1973 llegaron a un acuerdo con doña Paquita. Contaba entonces el CEMA con una plantilla de 59 personas, seis coches de prueba, una única pista de ensayos de 3,5 km… y un drago (Dracaena Draco). Tras ello llegaron las pruebas para obra pública y minería, la de vehículos sin conductor, la de los neumáticos gigantes con 5,6 toneladas por unidad, los simuladores. Todo bajo la atenta mirada del drago que, como un testigo de excepción, comprueba que el espíritu de doña Paquita, aquel que hizo posible que este Parque Natural haya sobrevivido a presiones urbanísticas, siga vivo.