Los atletas de élite no solo tienen corazones más fuertes y músculos más elásticos y poderosos, también tienen bacterias intestinales especiales que pueden aumentar su rendimiento, según un estudio publicado en Nature Medicine. La investigación muestra que los corredores de maratón y los atletas de resistencia tienen niveles más altos de una bacteria llamada Veillonella en sus intestinos, particularmente después de terminar una carrera, en comparación con las personas sedentarias.
Además, cuando los investigadores aislaron una cepa de Veillonella de un corredor de maratón y administraron esta bacteria a los ratones, descubrieron que estos corrieron un 13% más, en comparación con los que no fueron tratados con Veillonella.
Aparentemente la Veillonella se alimenta de ácido láctico, un compuesto producido en los músculos durante el ejercicio; a su vez, las bacterias producen un compuesto llamado propionato, que puede ayudar al rendimiento deportivo, señalan los autores.
Así, algún día podría ser posible darles a los no atletas un probiótico con Veillonella para aumentar su capacidad de resistencia. Sin embargo aún se necesita más investigación para probar esto.
«Lo que imaginamos es un suplemento probiótico que las personas pueden tomar y que aumentará su capacidad física significativamente y, por lo tanto, los protegerá contra enfermedades crónicas como la diabetes – explica el coautor del estudio, Aleksandar Kostic, en un comunicado.
Para llegar a esta conclusión, el equipo de Kostic analizó muestras de heces de 15 personas que corrieron el maratón de Boston en 2015 y las compararon con muestras de 10 personas sedentarias.
Los resultados mostraron que, si bien los niveles de Veillonella eran prácticamente inexistentes en las muestras de las personas sedentarias, aumentaban en los corredores de maratón poco después de la carrera.
Un segundo análisis, de 87 ultramaratonistas (aquellos que corren carreras de más de 42,2 kilómetros), mostró un resultado similar: los niveles de Veillonella aumentaban significativamente después del ejercicio de resistencia.
Los autores plantean la hipótesis de que los atletas y Veillonella tienen una relación «simbiótica»: los niveles más altos de ácido láctico en las tripas de los atletas favorecen el crecimiento de Veillonella, y estas bacterias a su vez producen un compuesto que ayuda en el rendimiento.
“Se crea un ciclo de retroalimentación positiva – concluye Kostic –. El huésped está produciendo algo que este microbio particular necesita y, a cambio, el microbio produce algo que beneficia al huésped”.
Juan Scaliter