Los sistemas de filtración del aire no reducen el riesgo de contraer infecciones víricas, según una nueva investigación de la Universidad de East Anglia
El aumento de la contaminación y la pandemia de COVID-19 han puesto de moda los purificadores de aire, dispositivos que prometen limpiar el aire de la casa de polución, pero también de virus y bacterias. Un nuevo estudio publicado hoy revela que las tecnologías actuales de los purificadores en espacios interiores no son eficaces en el mundo real.
Los investigadores estudiaron tecnologías como la filtración del aire, las luces germicidas y los ionizadores. Examinaron todos los datos disponibles, pero hallaron pocos indicios que respaldaran las esperanzas de que estas tecnologías puedan hacer que el aire sea más seguro frente a infecciones respiratorias o gastrointestinales.
«Los purificadores de aire están diseñados para filtrar los contaminantes del aire que pasa a través de ellos. Cuando se produjo la pandemia de Covid, muchas grandes empresas y gobiernos -incluidos el NHS, el ejército británico y los gobiernos de Nueva York y de las regiones alemanas- investigaron la instalación de este tipo de tecnología en un intento de reducir las partículas de virus en el aire de edificios y espacios reducidos.
El profesor Paul Hunter, de la Facultad de Medicina de Norwich de la UEA, uno de los autores del estudio, afirma: «Las tecnologías de tratamiento del aire pueden ser caras. Así que es razonable sopesar los beneficios frente a los costes, y conocer las capacidades actuales de dichas tecnologías».
El equipo de investigación estudió las pruebas sobre si las tecnologías de limpieza del aire protegen a las personas de contraer infecciones respiratorias o gastrointestinales transmitidas por el aire. Analizaron las pruebas sobre infecciones microbianas o síntomas en personas expuestas o no a tecnologías de tratamiento del aire en 32 estudios, todos ellos realizados en entornos reales como colegios o residencias de ancianos. Hasta ahora no se ha publicado ninguno de los estudios sobre el tratamiento del aire iniciados durante la era Covid.
El investigador principal, el Dr. Julii Brainard, también de la Facultad de Medicina Norwich de la UEA, afirmó: «Los tipos de tecnologías que tuvimos en cuenta incluían la filtración, las luces germicidas, los ionizadores y cualquier otra forma de eliminar los virus de forma segura o desactivarlos en el aire respirable. En resumen, no encontramos pruebas sólidas de que las tecnologías de tratamiento del aire puedan proteger a las personas en el mundo real».
Existen muchas pruebas de que la contaminación ambiental y superficial puede reducirse mediante varias estrategias de tratamiento del aire, especialmente las luces germicidas y la filtración de partículas de aire de alta eficiencia (HEPA). Pero las pruebas combinadas demostraron que estas tecnologías no detienen ni reducen la enfermedad.
Según Brainard, «Había algunas pruebas débiles de que los métodos de tratamiento del aire reducían la probabilidad de infección, pero estas pruebas parecen sesgadas y desequilibradas. Sospechamos firmemente que hubo algunos estudios relevantes con un efecto menor o nulo, pero que nunca se publicaron. Nuestros hallazgos son decepcionantes, pero es vital que los responsables de la salud pública tengan una visión completa».
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