Los investigadores desarrollan un proceso químico imitando la fotosíntesis de las plantas para transformar el CO2 y el metano

Investigadores de la Universidad McGill han aprovechado el poder de la luz solar para transformar dos de los gases de efecto invernadero más nocivos en valiosos productos químicos. El descubrimiento podría ayudar a combatir el cambio climático y proporcionar una forma más sostenible de producir determinados productos industriales.

«Imagínese un mundo en el que los gases de escape de su coche o las emisiones de una fábrica pudieran transformarse, con la ayuda de la luz solar, en combustible limpio para vehículos, componentes básicos de plásticos de uso cotidiano y energía almacenada en baterías», explica Hui Su, coautor del descubrimiento y becario posdoctoral del Departamento de Química de McGill. «Ése es precisamente el tipo de transformación que permite este nuevo proceso químico».

El nuevo proceso químico impulsado por la luz del equipo de investigación convierte el metano y el dióxido de carbono en metanol verde y monóxido de carbono en una sola reacción. Según los investigadores, ambos productos son muy apreciados en los sectores químico y energético.

Una solución sostenible basada en la naturaleza

Los hallazgos, publicados en Nature Communications, describen un mecanismo novedoso basado en la propia naturaleza, similar al modo en que la fotosíntesis permite a las plantas convertir dióxido de carbono y agua en glucosa y oxígeno utilizando la luz solar.

En este proceso químico, una mezcla única de oro, paladio y nitruro de galio actúa como catalizador. Cuando se expone a la luz solar, la sustancia desencadena una reacción: un átomo de oxígeno del dióxido de carbono se une a una molécula de metano, produciendo metanol verde. Como subproducto se crea monóxido de carbono.

«Aprovechando la abundante energía del sol, podemos reciclar esencialmente dos gases de efecto invernadero en productos útiles. El proceso funciona a temperatura ambiente y no requiere el calor elevado ni los productos químicos agresivos que se emplean en otras reacciones químicas», afirma el autor principal, Chao-Jun Li, catedrático James McGill del Departamento de Química de McGill y titular de la Cátedra de Investigación en Química Verde/Orgánica de Canadá.

«Esta innovación ofrece una vía prometedora hacia el objetivo canadiense de emisiones netas nulas para 2050 y convierte un reto medioambiental en una oportunidad para un futuro más sostenible», afirmó el coautor Jing-Tan Han, estudiante de doctorado del Departamento de Química de McGill.

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